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la familia de Pilar (la de ella misma y la de su madre) com- tribu lo echó por ser fam e mina, y específicamente por ne-
plican y contrarrestan la noción del empoderamiento ma- garse a procrear (La bastarda 116). Según Melibea Obono,
ternal. Con este embarazo de Pilar, Obono caracteriza la re- entre los homosexuales de la comunidad fang hay una tra-
producción heterosexual en su forma más prohibida y tabú dición histórica de alejarse de la sociedad y vivir en el bos-
y, además, vincula el acto endogámico con la violencia, la que por no cumplir los “deberes masculinos” y así “no per-
violación y la muerte. tenecer” a la comunidad (“Trifonia Melibea”). Una vez en
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A diferencia del traumático ejemplo aislado del coito he- la casa de Marcelo en el bosque, Pilar reside con su pare-
terosexual, los encuentros homosexuales se presentan de ja, Linda, y con Dina, la otra chica lesbiana que ha huido
una manera favorable. En las escenas de sexo con Okomo del pueblo; allí Marcelo “la está ayudando [a Pilar] mucho,
y Dina u Okomo con las tres chicas —Dina, Pilar y Lin- tanto con la niña como con apoyo psicológico” (Obono, La
da— siempre se describe el contacto sexual como “hacer el bastarda 111). Este modelo de cohabitación queer y comu-
amor” y se representa como algo bonito, orgánico, amoro- nidad forestal, que incluye el cuidado y la protección de un
so, placentero y liberador —momentos de alegría dentro de miembro de la nueva generación, esboza un proyecto que
la protección del bosque fang (La bastarda 65-66, 72-73, intenta romper con las normas sociales de la repro-narrati-
94)—. La representación del incesto —y el fuerte contraste va y sugiere una alternativa al binario ‘futurismo reproduc-
de este ejemplo de heterosexualidad con las imágenes de in- tivo’/‘muerte queer’ que propone Edelman.
timidades homosexuales— sirve como otra manera de cri- La familia en la tradición fang —como en muchos pueblos
ticar la imposición de la heteronormatividad reproductiva. africanos— es una organización bastante amplia y abarca a
Obono recurre al tabú del incesto —que presupone una no- muchos parientes, y “el concepto de familia fang sigue sien-
ción biológica y heteronormativa de la familia— para des- do sólido y los lazos de sangre constituyen un nexo irrom-
mantelar y desestabilizar esa misma noción del parentesco pible” (Bituga-Nchama, “Los roles” 90). Sin embargo,
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normativo. cuando se introducen las identidades e intimidades no-nor-
Pilar, antes de dar a luz, huye al bosque a refugiarse en mativas en el ambiente familiar, los lazos de ese centro de
la casa de Marcelo. El tío homosexual de Okomo vive ais- la actividad vital comunitaria resultan considerablemente
lado de la comunidad en “el único refugio de las personas más frágiles. Para las personas queer, en lugar de ser un sis-
que no encontraban sitio en la tradición fang” porque la tema de apoyo, la familia suele ser un sitio de abusos, debi-
do a la complicidad de muchos parientes con el sistema de
56 Butler considera el incesto y la homosexualidad como las dos formas
de amor prohibidas que sirven para producir los parámetros de la hete- 57 Véanse Aixelà-Cabré, “Africanas”; Juan Aranzadi; Bituga-Nchama,
ronormatividad y el parentesco heteropatriarcal (Undoing 157-60). “Los estereotipos”; Nsé Angüe.
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Revist a de al ce s XXI Número 5 , 2021-2023