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sus películas en inglés o en español fuera de Cataluña. Pons   El capítulo a cargo de Andrés Lema-Hincapié analiza el

 es así una de las miradas de esta amplia y diversa produc-  tema del amor (o más precisamente del έρως, en el sentido

 ción fílmica. El adjetivo “unconventional”, cuya traducción   griego de “vínculo”) insertando Amic/Amat en una genea-

 más literal en español necesitaría el adverbio “poco” (poco   logía de obras, desde Platón, a Ramon Llull, a Josep Maria

 convencional) o una negación (no convencional), se cambia   Benet i Jornet. Del έρως, Pons pasa a la φιλια, el amor de la

 por el más logrado término “excepcional”, que juega con el   amistad (66), cuando la atracción erótica entre los perso-

 doble sentido: en primer lugar la mirada de Ventura Pons es   najes principales va disminuyendo: “Desde esa relación, y


 excepcional por la calidad de su cine. En segundo lugar el   gracias a ella, tendrán lugar los mayores cambios existencia-

 cineasta es excepcional por apartarse de lo ordinario, por su   les en la vida de los personajes, a partir de decisiones críti-

 originalidad, por constituir una excepción a la regla común,   cas” (66). Sobre la muerte, Nina Molinaro, apoyándose en

 o por representar, en sus propias palabras, un aparente oxí-  el concepto de positive haunting, argumenta que en el cine

 moron: “una singularidad que o se convierte en universal o   ponsiano lo fantasmal afirma la vida: “las apariciones tie-

 no es nada” (22). El libro de Domènech y Lema-Hincapié   nen un propósito infinitamente remediador: ellas nos guían

 apunta continuamente a esta excepcionalidad, a esta singu-  (a los personajes y a los espectadores) hacia la vida humana


 laridad universal.   en cuanto responsabilidad compartida y colectiva” (119).

 En su introducción, Pons indica que el cine se articula   Más aún, en términos  metafóricos, la obra literaria que

 en tres pilares: historia, concepto y reparto. El volumen, en   Pons lleva al cine persiste como una presencia fantasmal en

 cambio, se centra sobre todo en el primer pilar: en las his-  la película: Molinaro propone así la idea sugerente de que

 torias que su cine cuenta, en el qué, más que en el cómo y   “cualquier adaptación fílmica por necesidad implica cier-

 en el por medio de quiénes. Lo que cuenta, las grandes te-  ta actividad fantasmal” (120). Para Joan Ramon Resina, la

 máticas que sustentan las narraciones de Pons son, en sus   preocupación recurrente de la producción ponsiana por el

 propias palabras, la amistad, “entendida como posible for-  paso del tiempo —por la muerte— está estrictamente rela-

 ma de creación alternativa” (22), y la muerte, el paso del   cionada a cuestiones políticas: por un lado hay una angustia


 tiempo. A ellas se tienen que añadir dos temas más, los dos   “por la aparente falta de salida histórica” (37) y por el otro

 ejes que según Darío Sánchez-González soportan la figu-  una “confianza en una vitalidad asociada […] a unas nece-

 ra de Ocaña, y que se pueden trasladar al autor de su re-  sidades primarias” (38). Se articula así una “dialéctica entre

 trato: su identidad sexual y su pertenencia nacional (212).   caducidad y continuidad [que] encierra el núcleo filosófi-

 Amor, amistad, muerte, paso del tiempo, homosexualidad   co del cine de Pons” (42). De ahí que —por metonimia—,

 y catalanidad son las vertientes principales del cine de   “Pons aborda la catalanidad metafóricamente como el mo-

 Pons que informan y entretejen los estudios desarrollados   mento de conciencia de la condición trágica de la cultura en


 en este volumen.  su esfuerzo por trascender la caducidad a que la condena su






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 Revist a   de   alces   XXI                                  Número  3 , 2016-2017
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