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nar las estructuras de desigualdad que están profundamen-  ción de recursos desde la época del contacto colonial hasta

 te ligadas a la crisis climática y trabajar para comprender   la actualidad. Enseñar sobre extractivismo, particularmen-

 soluciones que van más allá de abordar la propia huella de   te en cursos sobre América Latina, puede cultivar una com-


 carbono individual y, en cambio, criticar y reimaginar los   prensión más amplia de las desigualdades estructurales glo-

 sistemas de extracción, crecimiento ilimitado, y un telos del   bales, lo que lleva a una mayor ecoalfabetización.

 desarrollo occidental neoliberal. Dentro de un aula de len-  Para abordar esas desigualdades estructurales, quería mos-

 gua y cultura, nuevamente, muchas de estas ideas ya están   trar a los estudiantes formas alternativas de ver el mundo

 a la vanguardia de lo que los educadores trabajan con sus   y comprometerse con enfoques decoloniales para la pro-


 alumnos. Por ejemplo, en los cursos culturales sobre Amé-  ducción de conocimiento. Un primer paso hacia la decolo-

 rica Latina, los estudiantes a menudo cuestionan las estruc-  nialidad es reconocer las formas en que la modernidad ha

 turas del colonialismo y sus muchos legados.  moldeado la producción de conocimiento y los sistemas de

 En el caso de “Entre proyectos”, quería basarme en lo   poder. Como explica Walter Mignolo, una política decolo-


 que los estudiantes ya habían encontrado en algunos de sus   nial es necesaria para comprender los procesos de moder-

 otros cursos para centrarme en el impacto ambiental de la   nidad y exponer la colonialidad eurocéntrica del poder. La

 colonialidad y el extractivismo en América Latina. Como   decolonialidad requiere una “reconstitución epistémica”, o

 tal, muchas de las lecturas y discusiones de clase giraron en   nuevas formas de pensar, hablar y relacionarse con el mun-


 torno al tema del extractivismo, una preocupación primor-  do (Mignolo). Pasar de una política decolonial que cues-

 dial a nivel mundial, pero especialmente en toda América   tiona la producción de conocimiento a acciones concretas

 Latina. El extractivismo, como explica Naomi Klein, fue un   requiere aplicar la política decolonial a la creación de mun-

 término utilizado originalmente para explicar la extracción   dos. Esto significa una “reconstitution, resurgence, reemer-


 de materias primas de la tierra por parte de los poderes co-  gence, and re-existence to emancipate ourselves from men-

 loniales para exportarlas a los centros coloniales. El extracti-  tal slavery” (“reconstitución, resurgimiento, resurgimiento

 vismo es una relación de tomar de la tierra, reduciendo “life   y reexistencia para emanciparnos de la esclavitud mental”;

 into objects for the use of others, giving them no integri-  mi trad.; Mignolo 3). Para Mignolo, el análisis decolonial y


 ty or value of their own” (“la vida en objetos para el uso de   la promulgación decolonial son dos caras de la misma mo-

 otros, sin darles integridad o valor propio”; mi trad. 169) y   neda. La ecopedagogía comparte los mismos objetivos con

 reduciendo la naturaleza a “recursos” (169). El extractivis-  la política decolonial, que considera a otras realidades más

 mo asume que siempre habrá un nuevo lugar para explotar   allá de la humana. Líderes indígenas como Ailton Krenak


 una vez que los recursos se agoten en los sitios de extracción   han señalado la interconexión de la naturaleza y la cultu-

 actuales (170). América Latina ha sido un sitio de extrac-  ra, y cómo una separación demuestra el ego del hombre, ya






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 Revist a  de  al ce s XXI                                            Número  7 , 2025
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