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hubo amor entre los dos, hecho notado en gestos furtivos   porque justifica el negarle a salir en la creencia firme de que

 de cariño, ahora Bulgákova le sirve de asistente a su mari-  en ningún lugar puede estar mejor que en Rusia: “Los que

 do. Como reza una acotación, “Ella lo toca, pero Bulgákov   nos interesamos por su trabajo, creemos impensable que


 ya no siente sus manos.” (235). Algo opuesto sucede con el   pueda usted vivir en otro lugar. Su escritura se nutre de este

 diálogo entre Bulgákov y Stalin, que es animado por una   país” (237). La retórica del dictador encaja con la descrip-

 confianza recíproca, gestos de familiaridad, respeto y admi-  ción del lenguaje abusivo según Evans, “Overt verbal abuse

 ración. El vínculo afectivo entre Bulgákov y Stalin se con-  is usually blaming and accusatory…Covert verbal abuse,

 figura en un espacio cuasi íntimo, manifestado por el trato   which is hidden aggression, is even more confusing […] Its


 verbal entre ellos, con patronímicos, “Iósif Vissariónovich”   aim is to control” (“El abuso verbal abierto es normalmente

 y el diminutivo “Misha”.   reprobador y acusatorio…El abuso verbal encubierto, que

 Cuando, a partir de la escena 6, Bulgákov dialoga con   es agresión oculta, es aún más desconcertante…su propósi-

 Stalin, es también cuando empieza a ser mucho más incisi-  to es controlar”; mi trad.; 77-8). La única que repara en el


 vo en sus cartas de súplica para obtener el permiso para salir   abuso que sufre su marido es Bulgákova. Cuando ella entra

 de Rusia. Se describe a sí mismo como a una “fiera acosa-  en escena, Stalin desaparece:

 da” y advierte que ese acoso hace que la fiera sea más “peli-

 grosa que nunca” (235). A la vez, da cuenta de la inestabi-  BULGAKOVA: ¿Con quién hablas?


 lidad que ese acoso ha causado a su salud, citando estados

 de “angustia cardiaca” (236). En ese momento, el personaje   BULGAKOV: Con nadie. (237)

 fantasma de Stalin se hace físicamente presente en el cuar-

 to y empieza a dialogar con Bulgákov. En respuesta a estas   Bulgákova también reconoce el lenguaje y la manipula-


 quejas, lo anima a tomarse un “merecido” descanso (236).   ción de Stalin por lo que son, y trata de advertir a su marido

 Bulgákov formula directamente su deseo de pasar tiempo   de que bajo el pretexto de hablar con él se trata de hacerlo

 en el extranjero y poder desarrollar su actividad creadora   callar: “Quería tu silencio. No te llamó para que hablases,

 en libertad, pero al ser desalentado por las réplicas de Sta-  sino para cerrarte la boca” (239).


 lin, limita cada vez más el periodo de tiempo que pide, des-  En el libro Domestic Violence and Psychology, la profeso-

 de una “semana”, a un “solo día”, a “una hora” y finalmente   ra británica emérita Paula Nicholson propone un término

 a “un minuto” (236-37). Esta súplica progresivamente de-  más inclusivo para hablar del abuso doméstico e incluye ac-

 creciente de tiempo es simbólica del abuso encubierto del   tos como el comportamiento controlador, la humillación o


 dictador, que se proyecta sobre Bulgákov retóricamente. El   el aislamiento en el repertorio de la violencia de pareja (15).

 lenguaje abusivo de Stalin es indirecto y hasta pervertido,






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 Revist a  de  al ce s XXI                                            Número  6 , 2024
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