Page 394 - Revista6
P. 394

hubo amor entre los dos, hecho notado en gestos furtivos                                                                porque justifica el negarle a salir en la creencia firme de que

         de cariño, ahora Bulgákova le sirve de asistente a su mari-                                                             en ningún lugar puede estar mejor que en Rusia: “Los que

         do. Como reza una acotación, “Ella lo toca, pero Bulgákov                                                               nos interesamos por su trabajo, creemos impensable que


         ya no siente sus manos.” (235). Algo opuesto sucede con el                                                              pueda usted vivir en otro lugar. Su escritura se nutre de este

         diálogo entre Bulgákov y Stalin, que es animado por una                                                                 país” (237). La retórica del dictador encaja con la descrip-

         confianza recíproca, gestos de familiaridad, respeto y admi-                                                            ción del lenguaje abusivo según Evans, “Overt verbal abuse

         ración. El vínculo afectivo entre Bulgákov y Stalin se con-                                                             is usually blaming and accusatory…Covert verbal abuse,

         figura en un espacio cuasi íntimo, manifestado por el trato                                                             which is hidden aggression, is even more confusing […] Its


         verbal entre ellos, con patronímicos, “Iósif Vissariónovich”                                                            aim is to control” (“El abuso verbal abierto es normalmente

         y el diminutivo “Misha”.                                                                                                reprobador y acusatorio…El abuso verbal encubierto, que

             Cuando, a partir de la escena 6, Bulgákov dialoga con                                                               es agresión oculta, es aún más desconcertante…su propósi-

         Stalin, es también cuando empieza a ser mucho más incisi-                                                               to es controlar”; mi trad.; 77-8). La única que repara en el


         vo en sus cartas de súplica para obtener el permiso para salir                                                          abuso que sufre su marido es Bulgákova. Cuando ella entra

         de Rusia. Se describe a sí mismo como a una “fiera acosa-                                                               en escena, Stalin desaparece:

         da” y advierte que ese acoso hace que la fiera sea más “peli-

         grosa que nunca” (235). A la vez, da cuenta de la inestabi-                                                                    BULGAKOVA: ¿Con quién hablas?


         lidad que ese acoso ha causado a su salud, citando estados

         de “angustia cardiaca” (236). En ese momento, el personaje                                                                     BULGAKOV: Con nadie. (237)

         fantasma de Stalin se hace físicamente presente en el cuar-

         to y empieza a dialogar con Bulgákov. En respuesta a estas                                                                  Bulgákova también reconoce el lenguaje y la manipula-


         quejas, lo anima a tomarse un “merecido” descanso (236).                                                                ción de Stalin por lo que son, y trata de advertir a su marido

         Bulgákov formula directamente su deseo de pasar tiempo                                                                  de que bajo el pretexto de hablar con él se trata de hacerlo

         en el extranjero y poder desarrollar su actividad creadora                                                              callar: “Quería tu silencio. No te llamó para que hablases,

         en libertad, pero al ser desalentado por las réplicas de Sta-                                                           sino para cerrarte la boca” (239).


         lin, limita cada vez más el periodo de tiempo que pide, des-                                                                En el libro Domestic Violence and Psychology, la profeso-

         de una “semana”, a un “solo día”, a “una hora” y finalmente                                                             ra británica emérita Paula Nicholson propone un término

         a “un minuto” (236-37). Esta súplica progresivamente de-                                                                más inclusivo para hablar del abuso doméstico e incluye ac-

         creciente de tiempo es simbólica del abuso encubierto del                                                               tos como el comportamiento controlador, la humillación o


         dictador, que se proyecta sobre Bulgákov retóricamente. El                                                              el aislamiento en el repertorio de la violencia de pareja (15).

         lenguaje abusivo de Stalin es indirecto y hasta pervertido,






      394                                                                                                                                                                                                                             395
                Revist a  de  al ce s XXI                                                                                                                                                     Número  6 , 2024
   389   390   391   392   393   394   395   396   397   398   399