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de La isla mínima, depende de fórmulas narrativas propias pe de la época se suele presentar como expresión de nuevas
de un cierto tipo de thriller. libertades en una tendenciosa lógica en el que solo cuenta
La premisa tiene una recurrencia casi alarmante en el gé- el desnudo femenino. Debería quedar claro que este su-
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nero, su convención más perturbadora cuando se adentra en puesto espectáculo de libertad no depende tanto de la posi-
los sadismos del poder. El hallazgo de mujeres jóvenes, her- bilidad de mostrar como de la de ver, de qué mirada y qué
mosas, desnudas, asesinadas de manera cruenta, con mucha deseos satisfacen esos desnudos. Es en este contexto de uso
frecuencia mutiladas, desencadena una investigación, más y abuso (contextual, genérico) del desnudo femenino en el
que policial, metafísica de la esencia del mal. La figura del que se deben encuadrar los feminicidios de La isla mínima.
empresario o el político que satisface sus perversiones a cos- “Entretenida, pero con mar de fondo” es la expresión del
ta de la vida de mujeres jóvenes tiene también mucho de director de la película con la que busca dar cuenta de cómo
cliché en el thriller psicológico o en el policial. Estamos ante ve esa relación entre cine de género y las referencias al con-
sociópatas vueltos psicópatas que pueden o no pagar por texto sociopolítico. El “mar de fondo” que pueda suponer
sus crímenes. Los derechos de los demás importan tan poco las convenciones del género en esta representación contex-
como su vida, sobre todo si son mujeres. tual arrastra este retrato de los años transicionales hacia un
Llegados a este punto, se debe subrayar que los relatos de ambiente de violencia sórdida y siniestra en el que el vio-
la transición, la polémica ante sus logros o sus decepciones, lentado cuerpo de la mujer lo desencadena todo. Si en Ugly
son eminentemente masculinos. Por otra parte, varias de Feelings Sianne Ngai investiga “how new theories of affect
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las imágenes de la transición consideradas ya icónicas son might expand the discourse of aesthetics” (“cómo pueden
de mujeres, desnudos femeninos, en específico. La imagen expandir el discurso estético las nuevas teorías del afecto”;
de la actriz de cine erótico Susana Estrada mostrando un mi trad.; Ngai), podríamos aquí preguntarnos por la inci-
pecho ante el alcalde de Madrid Tierno Galván, o el desnu- dencia de todo este tipo de afectos en el discurso no sólo es-
do en la revista Interviú de Pepa Flores, conocida como Ma- tético sino en el retrato socio-político del país. En otras pa-
risol en su etapa de niña prodigio del cine franquista, ha- labras, en esta representación cinematográfica la transición
cen de esa posible iconicidad de la desnudez femenina un española ya no es ni desencanto ni ansiedad. Ese momen-
espectáculo ciertamente controvertido. En general, el desta- to clave en el devenir del país como democracia es también
violencia, morbosidad, abyección y sadismo. La transición
es un submundo de horrores, conductas predatorias, deseos
11 Existen sin duda figuras femeninas con cierto protagonismo político de saber frustrados y, sí, desánimo ante la falta de resolución
en esos años. Feministas como Lidia Falcón o Cristina Almeida o las pri-
meras ministras de los sucesivos gabinetes gubernamentales, como Sole-
dad Becerril, tienen una visibilidad ciertamente limitada en estos años. 12 Me refiero aquí a libros como los de José María Ponce y José Aguilar.
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Revist a de al ce s XXI Número 6 , 2024