Page 121 - Revista6
P. 121
La transición mínima tagonistas sacados de entre las clases sociales más desfavore-
Los primeros años de la democracia española tras el fran- cidas, a menudo interpretados por los propios delincuentes.
quismo son convulsos y letales. Entre 1975 y 1983 se produ- El año 1977 ve la primera muestra del sub-género, Perros
cen casi 600 muertes como resultado directo de la violencia callejeros (de la Loma), al que pronto contribuye el más pro-
política de distinto signo que azota el país (Sánchez Soler). lífico Eloy de la Iglesia y al que se suma también un autor
Mata la policía heredada de la dictadura, mata el terrorismo de prestigio como Carlos Saura con Deprisa, deprisa (1981).
de ETA o los GRAPO y mata el de extrema derecha. Aun La violencia transicional se despolitiza, reducida a delitos
así, durante el periodo transicional no proliferan las obras ci- contra la propiedad o al drama de la drogadicción. La an-
nematográficas que hagan de esa violencia el rasgo definito- siedad y hasta el miedo permean toda esta serie de dramas
rio del período. El cine sobre la transición, el que la aborda que hacen de la seguridad ciudadana la primera víctima de
de manera directa, la convierte en narrativas audiovisuales o la democracia. Así queda recreada a la vez que parodiada en
la media afectivamente, es sobre todo comedia. De entre la la muy popular Miedo a salir de noche (de la Iglesia 1980).
variedad de subdivisiones posibles en ese género tal y como A esa ansiedad colectiva se le puede sumar el desencanto
se manifiesta en estos primeros años transicionales, las que como “sentimiento nacional” durante esos turbulentos pri-
podemos llamar con más propiedad comedias sobre la tran- meros años de iniciación democrática.
sición son la llamada comedia filofranquista, esa “que pone En su momento, la transición se ve inmediatamente mar-
en solfa todo aquello que tenga que ver con la democracia” cada por el sorprendente éxito de un documental titulado,
(J. Martínez 83); la “comedia madrileña” y la provocadora precisamente, El desencanto (Chávarri 1976). El subsiguiente
comedia del Almodóvar de los años 1980. retrato de las varias generaciones que coexisten en estos pri-
4
Mucho más específico y local, el llamado cine quinqui es meros años de frágil libertad democrática merodea en torno
el otro género cinematográfico de contornos definidos que a variantes de esa actitud desencantada, desde la melanco-
ligar a esos primeros años transicionales. Se trata de una se- lía de la pareja protagonista en Asignatura Pendiente (Garci
5
rie de películas en torno a la delincuencia juvenil, con pro- 1977) hasta el desconcierto de los jóvenes progres en Tigres
de papel (Colomo 1977), uno de los máximos exponentes
de la mencionada comedia madrileña. La serie de comedias
4 Existe también comedia erótica o la comedia de autor que ridiculiza ciertamente tendenciosas tildadas de filofranquistas fomen-
el franquismo como La escopeta nacional (Berlanga 1977). Sin embar- tan otro tipo de desencanto frente al nuevo sistema político.
go, este tipo de comedias no se centra en los años transicionales, es más
una expresión de lo que se puede llevar a la pantalla en esos momentos. Vota a Gundisalvo (Lazaga 1977) es la película ejemplar en
ese sentido, la más vista en 1978. Las campañas políticas, las
5 La más completa y reciente monografía sobre el cine quinqui es la de
Tom Whittaker donde se estudia más como ciclo que como género. elecciones libres y la inminente legalización del divorcio, por
120 121
Revist a de al ce s XXI Número 6 , 2024