Page 116 - Revista6
P. 116
la cada vez más evidente connivencia entre las clases po- temporánea. Como contraste a la vez que preámbulo, me-
lítica y financiera. A menudo, el cuestionamiento de re- rece la pena detenerse, siquiera brevemente, en el género ci-
latos de éxito de la democracia española se hace recogien- nematográfico hasta ahora hegemónico en lo que termina
do otras narrativas, otras historias hasta ahora silenciadas. siendo un proceso de representación cultural que, una vez
Desde la filosofía de la historia, Manuel Artime habla pre- más, aúna hermenéutica, afectos y moral estética.
cisamente de crisis de un relato que “no reconoce en el pa- El país como entidad dividida, el valor ontológico del cis-
sado otro itinerario de modernización legítima que el que ma nacional, tiene una presencia continuada desde el fin de
culmina en el presente” y al que se opone “un enfoque crí- la guerra civil en 1939. La trinchera infinita (Garaño, Goe-
tico” de “relatos alternativos y de proyectos emancipatorios naga, Arregi 2019) y Mientras dure la guerra (Amenábar
pendientes” (27). Los desdoblamientos narrativos —el dis- 2019) son solo las iteraciones más recientes de una nación
curso de perfectabilidad y sus cuestionamientos— siguen imaginada como drama de violencia fratricida. A lo que ese
2
estructurando un relato nacional en este caso condiciona- corpus cinematográfico en su conjunto pueda tener de in-
do por quién cuenta o desde dónde. Se confirma así que, dagación en un momento histórico tenido por fundacional
en última instancia, las diferentes pero relacionadas crisis hay que añadir lo que posee de mediación afectiva del mis-
de memoria, económica, política y territorial son también mo, una mediación en el que priman el dolor, la pena, el
crisis discursivas. sentimiento de pérdida o la nostalgia. Por último, el retrato
Frente a tal proliferación de relatos y contra-relatos, este audiovisual de un trauma colectivo que depende tanto de
ensayo prefiere centrarse no en el qué se cuenta sino en el imágenes de muerte y sufrimiento se diría que conduce ine-
cómo; un cómo que no hace referencia sólo al medio —en vitablemente a reflexionar sobre ética y representación. En
este caso el cinematográfico— sino también al género, a la lo que se puede entender como un proceso de hibridización
modalidad de narrativa audiovisual a la que pertenecen las genérica, convertir la guerra civil en un cuento de hadas o
historias que nos contamos a nosotros mismos sobre nuestro en un relato de terror sin duda altera esas coordenadas her-
pasado más inmediato y nuestra contemporaneidad. Con menéuticas, afectivas y éticas. En referencia a novelas y pe-
3
tales presupuestos críticos, debo subrayar que la discusión
sobre géneros cinematográficos no es aquí solo cuestión de 2 Las referencias aquí son los libros ya clásicos de Deveny o Kinder, y,
fórmulas o convenciones, sino que está relacionada con mo- más recientemente, Archibald.
dalidades de conocimiento, estados de ánimo y posturas éti- 3 El director mexicano Guillermo del Toro es autor de las dos películas
cas. Epistemología, afectividad y axiología son entonces las fundamentales en esta re-significación del género, con El espinazo del
áreas de investigación ligadas a la categoría fílmica en la que diablo (2001) y El laberinto del fauno (2006), a las que se podría sumar
una cinta fantástica como El Bosc (Aibar 2012) o la historia de zombis y
encuadrar el discutido relato de la España democrática con- guerra civil Malnazidos (Caldera 2020). Esta mezcla de géneros da lugar
116 117
Revist a de al ce s XXI Número 6 , 2024