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nero del cine español contemporáneo, transforman la crisis                                                                  La periodización convencional de esa etapa de transición

         financiera de 2008 y la corrupción sistémica que la rodea en                                                            nacional toma la muerte del dictador (1975) y la llegada al

         thrillers como Cien años de perdón (2016) y El reino (2018).                                                            poder de políticos sin pasado franquista (1982) como refe-


         Lo mismo hace el joven Dani de la Torre con El desconocido                                                              rencias políticas que lo abren y lo cierran. Quien extiende

         (2014). En su conjunto, estos filmes permiten evaluar el pa-                                                            este periodo transicional hasta los años 90 propone una ver-

         pel tanto de los géneros transnacionales como del cine co-                                                              sión de la historia en la que el cambio de partidos políticos

         mercial en un retrato de la nación tradicionalmente mono-                                                               en el poder importa menos que los procesos de “europeiza-

         polizado por el drama bélico y el modelo auteurista. Todo                                                               ción” del país. Ése es el caso de Teresa Vilarós, en un estu-


         ello, por último, condicionado por las particularidades de                                                              dio ya canónico en el que propone extenderla hasta 1993

         producción y consumo propias del mercado neoliberal de                                                                  e identifica la entrada en vigor del tratado de Maastricht

         bienes culturales. En otra hipótesis de marcado cariz heu-                                                              como su punto final. Un poco antes, el icónico año 1992,

         rístico, se trata en este caso de pensar cuánto de mercancía                                                            el llamado año de España —el mismo en el que se firma ese


         o de producto tiene la nación en cine y qué papel cumple                                                                tratado europeo— escenifica exposiciones universales, or-

         el género cinematográfico en su hipotético proceso de mer-                                                              ganiza olimpiadas, pone en órbita satélites de telecomuni-

         cantilización. De cine de género, transnacionalidad y neoli-                                                            caciones made in Spain o agrupa a las 35 empresas nacio-

         beralismo me ocupo en las páginas siguientes seleccionando                                                              nales con más poder para que regulen el ritmo económico


         como objeto de estudio tres de las producciones citadas: La                                                             del país. Veremos que el relato triunfalista de la más espec-

         isla mínima, El hombre de las mil caras y El reino.                                                                     tacular década del siglo XX español también está sujeto a

                                                                                                                                 revisiones que, muy a menudo desde el cine, revelan lo que


         Relatos, nación, género y mercado                                                                                       pueda tener de espejismo.


         La España democrática que sucede a los casi cuarenta años                                                                   A principios del siglo XXI, un último capítulo en el cues-

         de régimen dictatorial franquista tiene un relato teleológi-                                                            tionamiento de este relato de perfectibilidad nacional con-


         co ciertamente paralelo a su continuo cuestionamiento. Tal                                                              templa el sistema democrático sancionado por la consti-

         relato empieza con una narrativa transicional que, en sus                                                               tución de 1978 como un régimen ya caduco, minado por

         versiones más simples, se desdobla para hablar de éxito o                                                               conflictos de distinto signo, por crisis que desencadenan

         fracaso y, en las más complejas, diferencia procesos sociopo-                                                           la gestión de la memoria colectiva, el centralismo político


         líticos, económicos y culturales.                       1                                                               y la pérdida de fe en una democracia comprometida por




         1  La bibliografía sobre la transición es ya extensa. Además de los citados                                             por citar solo los autores que más han contribuido a la panorámica que

         en el texto, véase sobre todo Morán, Labrador Méndez y G. Martínez,                                                     ofrezco aquí condensada.





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