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profundidades inconscientes al margen de nuestras teori- dica sobre nuestros cuerpos y deseos? El trabajo del cuidado
zaciones y tránsitos teórico-contemporáneos. Sus empujes es el campo de la fuerza vital que queda fuera del argumen-
están anclados en toda la compleja trama que hace posible to de Rolnik, al menos en lo que respecta a esta zona de su
nuestras fuerzas activas, no-reactivas, las cuales posibilitan pensamiento”.
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la pulsión “de vida” (o “voluntad de potencia”). El camino de la emancipación es la forma de vida o modo
“Diríamos que su destino es por principio afirmativo, de desarrollar el asunto vital propio de cada una de nosotr-
variando de lo más activo a lo más reactivo” como señala xs, en toda su complejidad, desde la intención y puesta en
Rolnik (95). Asimismo, esta autora indica que “las formas práctica de modos de hacer que posibiliten desmontar todo
de sociedad surgen de un enfrentamiento entre fuerzas de el andamiaje falo-patriarcal neurótico por la acumulación
vida activas y reactivas en diferentes grados; de este enfren- de capital que nos atraviesa. Sin embargo, tal camino hacia
tamiento depende la política dominante de subjetivización la emancipación se trunca al vernos sometidas y determina-
en cada contexto histórico”. De ahí que surja la pregun- das por unas exigencias, tales como los mandatos morales
ta de si seremos o no capaces de articular la relación entre inmóviles e inmutables, por parte de movimientos que, su-
fuerzas reproductivas como fuerzas de vida activas fuera de puestamente, nos tienen que facilitar las pistas para conti-
las coordenadas conservadoras, como fuerzas emancipado- nuar con nuestras emancipaciones.
ras con plena voluntad de potencia política, las cuales si- En su lugar, muchas de esas enunciaciones “emancipato-
túan lo reproductivo como uno de los territorios que arti- rias” (como el igualitarismo, el antinatalismo y otros ancla-
culan parte del complejo desarrollo del asunto-vital-propio jes blanco-hegemónicos) colocan nuestras demandas diver-
de cada cuerpo. sas dentro de las nuevas luchas reproductivas como meras
Igualmente, nos preguntamos si podremos desentrañar enunciaciones contingentes, desactivando las posibilida-
el nudo que niega las fuerzas reproductivas como pura vo- des de las que están preñadas. Y, claro, aparece una trampa,
luntad de potencia generada en condiciones vivibles desde ya que, al intentar trascender todos los psico-constructos
los cuerpos maternos, fuera de las lógicas de dominación derivados del páter familias (el expropiando-para-ser o ma-
patriarcal, fuera de la “dialéctica de amo-esclavo” impuesta dre-en-función-páter-estado o la madre-en-función-del-padre
como parte de la configuración de blanco-falo-páter-estado, de Victoria Sau) como estrategia para desplazar ese consen-
lejos de sus maneras de perpetuarse como modelo hegemó- so hacia todo lo que atraviesa a los cuerpos una vez asumen
nico. En este sentido, Arcos también preguntaba: “¿Cómo los trabajos reproductivos como una cuestión pre-política
pensar la captura de la fuerza vital de creación desde los sin representación ni representatividad.
procesos patriarcales de subjetivación, los que nos hacen a
nosotras las mujeres no poder decidir con autonomía jurí- 9 Véase Arcos y Fuentes.
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Revist a de al ce s XXI Número 5 , 2021-2023