Page 440 - Revista5
P. 440
armónico que no implique una elección exclusiva entre la manera de perpetuar tales estructuras de dominación. De
realización profesional y la maternidad, seguimos con unos ahí que el parentesco consanguíneo se sitúe como matriz de
interrogantes claves. Ya no estamos en la misma situación todos los males que nos atraviesan, no sin razón. Sin embar-
de un feminismo enfrentado a la maternidad, sin embargo, go, este consenso desactiva toda la complejidad y potencia
el sistema resulta ser sumamente antimaternal. emancipatoria de las fuerzas reproductivas como fuerzas vi-
vas.
Respuesta: Dentro de los distintos movimientos feministas, La relación entre las fuerzas reproductivas y la unidad-he-
a partir de coordenadas, horizontes y singularidades diver- tero-familiar-monógama o familia patriarcal, entendida ésta
sas propias de cada una de las luchas, se está intentando ar- como unidad básica reproductiva, es el punto de arranque
ticular la complejidad que conlleva el trabajo reproductivo de toda la trama de tutelarización del páter-estado sobre
desde estrategias que lo vertebren como actividad humana nuestros cuerpos. Es también uno de los principales ancla-
que hay que politizar y dotar de significados en lo real-po- jes de los procesos de macho-adaptación al constructo del
lítico. Para ello, se necesitan estructuras de pensamiento cuerpo social del cuerpo-comunidad femenino o cuerpo social
que posibiliten su representatividad, a partir de las distin- no-vergarizado. Este constructo identitario, a partir de unas
tas materialidades que atraviesan a los cuerpos que asumen asignaciones y atribuciones devaluadas históricamente des-
los trabajos reproductivos, no sujetas a las lógicas blanco- de la división sexual del trabajo, está sujeto a la negación de
centristas-eurocentradas de tradición igualitaristas o desde identidades diversas, potencias y posibilidades de los cuer-
posturas antinatalistas. Son, precisamente, estas posturas las pos distintos al falo-cuerpo o cuerpo-comunidad-masculino,
que nos vuelven a oprimir y encerrar bajo mandatos desde lo cual induce a la pérdida de poder neurofísico y político,
una supuesta superioridad moral feminista (como camino así como a la obligatoriedad naturalizada de los trabajos de
único), situando las articulaciones que demandamos como cuidado hacia otros cuerpos.
posibilidades emancipatorias erróneas, al considerar (desde El problema es que, fuera de esas coordenadas de con-
el igualitarismo y antinatalismo) que refuerzan el parentes- sanguineidad, parentesco y páter-estado, las cuales han sido
co patriarcal, el cual se erige como estrategia de dominación analizadas ampliamente por Judith Butler o Luce Irigaray
del páter-estado autoritario. desde los ejes de macho-adaptación, cuerpo-comunidad-fe-
Además, estas posturas cuentan con un reforzado poder menino y cuerpo-comunidad-masculino, se localiza la posi-
simbólico como estrategias emancipatorias legítimas. Por lo bilidad de las materialidades de los cuerpos como repre-
tanto, se considera que el hecho de exigir la urgente ne- sentatividad posible. Las fuerzas que nos atraviesan como
cesidad de politización y teorización de lo que atraviesa a cuerpos reproductivos posibilitan la continuidad de lo vivo,
los cuerpos durante lo reproductivo se configura como una las cuales empujan y seguirán empujando desde nuestras
440 441
Revist a de al ce s XXI Número 5 , 2021-2023