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Por lo tanto, todo lo que no forma parte identitariamen- vismo sobre sus propios cuerpos (como continuum del abu-
te del blanco-páter-familias-trabajador queda fuera de su so perverso de la fuerza de trabajo) (9). 8
traducción jurídica. Además, queda fuera de la monetari- Todo esto es posible por la existencia de un sistema de
zación, esto es, de su traslación en dinero y derechos. Todo sujeción donde quedan oprimidos y sujetos a la adaptación
el trabajo asumido por el cuerpo-histórico-mujer en el espa- a sus falo-deseos todos los cuerpos fuera de las coordena-
cio doméstico queda, por tanto, fuera de lo legítimo. Lo das identitarias del cuerpo-comunidad-masculino. Los con-
doméstico se entiende, desde un enfoque patriarcal-expro- sensos sociohistóricos aseguran que el trabajo que posibilita
piatorio, como un territorio basado en obligatoriedades la continuidad de la vida sea asumido por los c uerpos de-
energético-atencionales, páter-centristas y negaciones per- valuados y sumidos en las tinieblas de la violencia intragru-
petuas. Como parte de esta trama sociojurídica que posi- pal, desplegando prácticas de cuidado autoritario, el mismo
bilita la continuación del extractivismo, localizamos, como que les viene de vuelta.
derrame por todo el aparato que vertebra al cuerpo social, la El estado-nación se erige como un complejo sistema
violencia estructural hacia el cuerpo-comunidad-femenino o opresor de contención psíquica y de organización jurídi-
cuerpo-social-no-vergarizado en el proceso de formación del ca ninguneante que expulsa a los cuerpos maternos fuera
estado-nación primermundista como jaula de los trabajos de las mieles de la supuesta emancipación, desde coorde-
maternos. nadas de esclavitud económica-asistencial y neuro-dismi-
Carol Pateman sitúa el origen de estas asimetrías en la nución política, a partir de un derecho patriarcal pensado
articulación del pacto social desde los cuerpos expropian- para el beneficio de cuerpos que originariamente tienen po-
do-para-ser, los cuales negociaron, a partir de una suma de sibilidad de acumular capital, en perjuicio de los cuerpos
fuerzas (como cuerpo-comunidad-masculino ) una supuesta no-vergarizados. En este sentido, María Lugones nos reve-
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libertad, entendida en términos de bienestar primermundis- la otra coordenada: cómo continúa, actualmente, la con-
ta y sin calibrar las consecuencias/exigencias del producti- dición deshumanizante, implementada en la organización
social extractivista, originariamente, del cuerpo-mujer-in-
dígena. Este quedaba fuera de la condición de sujeto polí-
7 Con cuerpo-comunidad-masculino me refiero a todos aquellos que es- tico, esto es, fuera de la posibilidad de su ciudadanía como
tán sujetos identitariamente a macho-lógicas productivistas y utilitaris-
tas donde está interiorizada y normalizada la acumulación de capital a
partir del robo sistémico del trabajo de otros cuerpos, así como la opre- 8 Uno de los anclajes responsables de las condiciones asimétricas so-
sión hacia todos los cuerpos que no estén bajo su propia construcción cio-laborales entre los géneros (los salarios, el acoso y la violencia sexis-
identitaria. En estos cuerpos, toda su potencia va dirigida a reproducir ta, la negación de los bioprocesos que atraviesan al cuerpo menstruante)
el privilegio y reforzarlo al máximo, quedando exentos de la responsabi- son a la vez una consecuencia directa de estos consensos macho-patriar-
lidad de generar condiciones vivibles para otros cuerpos vivos. cales de la páter-cultura-salarial.
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Revist a de al ce s XXI Número 5 , 2021-2023