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definitivo de su pareja. Como explica Julia Cañero Ruiz
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la existencia de modelos de crianza no hegemónicos (como la
crianza con apego o respetuosa) son puestos en duda por un sec-
tor del feminismo, que consideran que estas madres, aunque sean
feministas, están inmersas en una ideología de la maternidad in-
tensiva producto del patriarcado. Sin embargo, esa tesis pone en
cuestión la capacidad crítica de las madres y ejerce un enorme pa-
ternalismo sobre ellas. (“No existe”)
A esta dicotomía se enfrentan Boulder y Samsa: ¿son el cole-
cho, la lactancia a voluntad, las excedencias laborales, prác-
ticas que en realidad responden a una ideología tradicional
y sexista o, por el contrario, prácticas libremente elegidas?
Cañero sostiene que
las madres que quieren coger excedencias por cuidado, lactar
durante más tiempo, dormir con sus bebés, tenerlos en brazos,
portear... (sic) sufren un sinfín de críticas y distintas formas de
violencia (machista) por salirse de la norma. Por eso, a menudo
necesitan aislarse (no hacer caso de sus pediatras, a veces ni de
sus propias familias) y unirse a grupos de apoyo o de crianza que
constituyen espacios seguros. (“No existe”, n.p.)
7 Eva Baltasar dice en una entrevista titulada “Estando embarazada me
convertí en un monstruo” que Boulder “describe la maternidad como un
proceso que arrasa con todo. Es una metamorfosis” (n.p.). De hecho, Sam-
sa es también un nombre “hablante” al remitir a La metamorfosis de Kafka
como he mencionado antes: si en Kafka observamos la monstruosidad de
Gregorio Samsa convertido en insecto, en Boulder, vemos la monstruosi-
dad de la mujer convertida en madre y de esta maternidad como una for-
ma de sexo todopoderoso.
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Revist a de al ce s XXI
Por otro lado, Beatriz Gimeno retoma en “El nuevo amor
romántico” el concepto de “maternidad intesiva” que Sha-
ron Hays desarrolla en The Cultural Contradictions of Moth-
erhood (1999) para llevarlo más lejos, a lo que ella considera
la maternidad como un sustituto del amor romántico (18-
21). Gimeno habla de una maternidad idealizada donde la
línea entre el amor de madre y el amor romántico se dilu-
yen y señala que “los valores del amor romántico, claves en
la configuración de la subjetividad femenina, se han trasla-
dado a la maternidad romantizada para, a modo gatopar-
diano, seguir cumpliendo la misma función. De la pareja
hombre-mujer, hemos pasado a la pareja madre-bebé” (23).
El amor maternal acaba convirtiendo al bebé “en amante y
en esposo” (27-28). Gimeno ve esta maternidad muy vin-
culada al consumo: “No solo por todos los objetos de con-
sumo que aparecen ligados al bebé (…) sino que la misma
maternidad parece estar relacionada con el poder adquisi-
tivo en un mundo en el que ser madre cada vez se retrasa
más” (23). En efecto, en Boulder, la aparición de la hija des-
hace la unidad de la pareja en favor de una nueva realidad
amatoria. Al mismo tiempo, se hace evidente la incapaci-
dad de entendimiento entre Boulder y Samsa, y una falta de
empatía profunda que conduce a la disolución de la pareja.
Si bien se ha incidido en el aislamiento de la maternidad,
la frustración, la soledad, la rabia, el cansancio y aburrimien-
to (Rich 53), en el caso de la novela, la que se siente aislada
y sola es Boulder, pero es incapaz de ver que Samsa en mu-
chos sentidos también lo está. La infidelidad mutua agudiza
esta desvinculación, que además se traduce en la posibilidad
de consumir otros cuerpos tras la maternidad: Boulder tie-
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Número 5 , 2021-2023