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go mucho, dice ella. Puta coordenada” (42); “Callo la reali- ción” (50); “Samsa es la primera apuesta del día. Tres óvulos
dad y digo que está bien, que adelante. No digo que lo que maduros en su sitio, perfectos como pepitas. Una lesbiana en
yo quiero es no ser madre” (43). A su vez, la corporalidad una clínica de reproducción asistida es un caballo ganador”
también está presente en estas dinámicas, ya que a Boulder (59). Dado que durante este proceso nadie pone en duda el
no se le pide quedarse embarazada, sino ser copartícipe de la deseo de ser madre de Samsa, este personaje aparece como lo
maternidad como no gestante. Vemos así cómo el texto des- que Donath considera la aceptación de que las mujeres son
mantela mitos maternos arraigados (en este caso, al verbali- “consumidores sensatos” de la maternidad (34): “pensar que
zar el deseo de no ser madre) a la vez que muestra el vínculo se acaban teniendo hijos como resultado de la propia volun-
entre los conceptos de ‘maternidad’ y ‘pareja’ y cómo una de tad interior” (34). En este sentido, Bossi también señala has-
las protagonistas siente una ‘precaria agencia frente la mater- ta qué punto el hijo o la hija es un objeto de consumo aun-
nidad’, tomando las palabras de Marina Bettaglio (232). Así, que discursivamente tener hijos se presente como un acto
en Boulder vemos cómo la maternidad termina siendo un de generosidad frente al egoísmo de quien no quiere criar
asunto de ‘tiempo’ para una de las mujeres y, en consecuen- (5), y que vemos en ciertos aspectos en el personaje de Boul-
cia, para su pareja. der con su deseo de vida independiente. En la novela, quizá
Frente a la posición de Boulder, el deseo materno de Sam- por su contexto islandés, no se discuten lo que, en palabras
sa (una mujer formada y con una posición profesional que le de Gracia Trujillo y Eva Abril, son las numerosas violencias
permite una vida más que acomodada) se describe como un institucionales que sufren las lesbianas en espacios como los
deseo de tintes consumistas sobre el que ella tiene derecho y registros y los hospitales (19). Sí, en cambio, se nos ofrecen
que, a su vez, la consume. Como comenta Diana Oliver en numerosas descripciones de las visitas a los hospitales y del
Maternidades precarias, “el capitalismo coloniza nuestros de- significado que tienen los pagos y el proceso de fecundación
seos y nuestros derechos” (41), algo con lo que coinciden para Boulder: “Tengo la impresión de estar comprándole un
Cabanas e Illouz (44) y que, en el texto, se ve a través de las hijo, de hacérselo de una forma engañosa que me irrita y me
numerosas imágenes del proceso de inseminación artificial, chupa la fuerza y el talento. La impotencia biológica es lo que
animalizando a Samsa (su nombre es, además un guiño a me coacciona” (47).
Gregorio Samsa, el protagonista de La metamorfosis de Ka- Ni en Permafrost ni tampoco en Boulder el cuerpo propio,
fka) y poniéndola en un estado entre la destrucción y el con- que sí es necesario para el sexo, lo es para que las dos narrado-
sumo físico: “Empieza la guerra química. Samsa es el terre- ras sean madres, ya que ellas no son, en ninguna novela, las
no donde se libra el combate” (48); “descubro que la función madres gestantes, sino que la maternidad se construye como
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de las inyecciones es puramente aceleradora. La estrategia in-
fame de los ginecólogos es someter sus ovarios a la explota- 6 Esto es diferente en Mamut y este es uno de los motivos principales
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Revist a de al ce s XXI Número 5 , 2021-2023