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tica y oportuna reinterpretación de las masculinidades en- anticuadas. Las cinco obras audiovisuales que escenifican
tendidas como una serie de desilusiones problemáticas y en la violencia contra las mujeres dentro del marco referencial
conflicto”) (123). La posibilidad de recrear las masculinida- de la jerarquía creada por la masculinidad hegemónica que
des y de redefinir lo que significa ser un hombre fracasa en analiza Ketz —el documental ¿No queríais saber por qué ma-
la Blancanieves de Berger. El género sexual y la subjetividad tan? Por nada (2009), la serie televisiva María la portuguesa
son atributos dinámicos en constante y perpetúa modifica- (2001), la película Solo mía (2001) y la película Te doy mis
ción, como bien muestra el filme de Berger. El siguiente ca- ojos (2003)— crean una constelación que subraya la impor-
pítulo, el de Castillo Villanueva, entrelaza la representación tancia de esta llamada. El análisis de Smith de la serie tele-
de la crisis económica que ocurrió en España en 2008 y la visiva Sin tetas no hay paraíso (2008–09), adaptada en Es-
subversión de la masculinidad hegemónica en dos películas paña de la serie colombiana, estudia la recepción pública
españolas. Castillo Villanueva explora las consecuencias de de la serie, que fue sorprendente porque se centraba en un
la elevada tasa de desempleo en las subjetividades masculi- personaje masculino, El Duque, en lugar de las personajes
nas de dos películas, Terrados (2011) dirigida por Demian por quienes está nombrada la serie. El autor enfatiza el po-
Sabini y Somos gente honrada (2013) dirigida por Alejandro der de la narrativa, en este caso audiovisual, de afectar cam-
Marzoa. Estas películas exploran los efectos de la crisis eco- bios sociales cuando señala que “it is through story-telling
nómica sobre la masculinidad hegemónica, la cual requie- that Spain can develop a new sense of self and new modes
re que el hombre ocupe un puesto fijo para ganarse la vida of masculinity, through TV narratives that embed fiction-
y sostener a su familia. En el próximo estudio de la segun- al meanings” (“es a través de la narración que España puede
da parte, Ketz ofrece un análisis bien desarrollado sobre la desarrollar una nueva noción de identidad y nuevas moda-
representación de la violencia masculina en varias películas lidades de masculinidad, a través de relatos televisivos que
de la España del siglo XXI. Ketz apunta que la estructura incorporen sentidos ficcionales”) (167).
jerárquica característica de la masculinidad hegemónica es- La tercera sección del volumen de Ryan y de Corbalán
tablece un orden patriarcal en el cual las mujeres son sub- compila seis estudios sobre representaciones de masculini-
yugadas a los hombres. Dentro de este marco, sin embargo, dades en la narrativa y en el cine de regiones históricamente
existe lo que la autora denomina “acceptable and non-ac- periféricas dentro de España o relacionadas con la diáspo-
ceptable behavior” (“comportamiento aceptable y no acep- ra. María DiFrancesco examina el espacio que ocupan los
table”) (153). Es imprescindible reconocer que los actos de personajes marroquís en la novela, L’últim patriarca (2008)
violencia contra las mujeres no tienen ningún lugar en nin- de Najat El Hachmi (la novela fue escrita en catalán y ha
guna estructura social, o sea, ni en una comunidad que re- sido traducida al español con el título El último patriarca).
fuerce las normas de los géneros sexuales hegemónicos ni en Con las teorías de Homi Bhabha sobre el espacio y la sub-
una comunidad que intente desestabilizar dichas nociones jetividad, de Judith Butler sobre los géneros sexuales y de
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Revist a de alces XXI Número 3 , 2016-2017