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halo sagrado, en fin, con que Benjamin describe la obra de   crítica queer de color) y, en particular, sobre la emergencia

 arte antes de entrar en la era de la reproducción mecánica—   del concepto de homonormatividad como herramienta teó­

 y, por otro, habría servido para producir un valor simbólico   rica para pensar la heterogeneidad y los antagonismos que

 agrega do que aumentaría su capacidad de circulación en los   atraviesan la noción misma de queerness en sus relaciones asi­

 circuitos globales de la cultura. De este modo, a la doble cir­  métricas con otras formas de opresión y explotación. Como

 culación de capital simbólico entre críticos y cineasta, se su­  resulta imposible e improductivo abordar estos temas en

 perpone otra que se mueve entre el aura como valor supremo   toda la cinematografía almodovariana, centraré mis reflexio­


 del canon del hispanismo (el valor estético de sus películas   nes sobre todo en dos de sus películas más recientes —La

 supuestamente al margen del mercado) y el valor que tienen   flor de mi secreto (1995) y Volver (2006)— sin prejuicio de

 como mercancías las películas de Almodóvar en el mercado   que algunas de estas observaciones puedan también extrapo­

 transnacional.  larse a otras producciones fílmicas del director manchego.

 Para evitar suspicacias, debo reconocer inmediatamen­  Si empezamos por desentrañar la relación que hay entre


 te que mi escritura no está al margen de esta contradicción   historia y memoria en el cine de Almodóvar, lo primero que

 entre  estética  (aura)  y  mercado  (fetichización),  pues  ya  se   cabe decir es que tanto en sus primeras películas como en la

 sabe que incluso los libelos más amargos y las críticas más   mayoría de las entrevistas que concedió en los años ochen­

 enconadas son una forma de reconocimiento. Sólo estoy su­  ta hay un calculado desdén por la historia más reciente de la

 giriendo que tal vez haya llegado la hora de perforar el aura   dictadura y la guerra civil y una afirmación concomitante del

 que rodea las películas de Almodóvar, que tal vez sea el mo­  placer como el lugar por excelencia de las políticas emanci­

 mento de intentar hacer una interpretación que no quede   patorias. En este sentido, son ya casi míticas las declaracio­


 inmediatamente inscrita en la circulación y acumulación de   nes de Almodóvar a Frédéric Strauss en las que afirma:

 capital simbólico o de capital tout court. Por eso, el objeto de

 este trabajo es abrir la interpretación de las películas del di­  La transgresión y la ley están tan ligadas que intento negar hasta

 rector manchego a ciertas zonas de tensión que no han sido   la existencia de esta última y lucho para que no aparezca en mis

 abordadas previamente por la crítica o que han sido aborda­  películas (…). Mi objetivo no es transgredir, pues la transgresión

 das sólo de manera marginal o insatisfactoria. En concreto,   implica un respeto y una consideración hacia la ley que yo no

 propongo centrarme en tres problemas interrelacionados:   tengo. Por eso mis películas nunca han sido anti­franquistas, por­
                que no reconozco en ellas la existencia de Franco. Es, en cierto
 La ley del padre, el retorno de la memoria y la identificación   modo, mi venganza contra el franquismo, quiero que no quede

 de Almodóvar  con  el ideario político liberal de  la social­  ni el recuerdo, ni la sombra. (30)


 democracia española. La interrelación e interpretación de es­

 tas zonas de tensión se proyectará, en general, sobre el pris­  Esta borradura de la ley del padre le permite a Almodóvar

 ma de las versiones más críticas de los estudios queer (i.e. la   pensar su cine como una línea de fuga, un dispositivo rizo­






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 Revist a   de   alces   XXI                                              Número  0 , 2012
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