Page 31 - Revista0
P. 31

los cauces por los que se dirimen las cuestiones culturales.   en su naturaleza de disputa violenta entre pertenecientes a

 No se trata de elevarse ni de separarse de los demás por alza­  una misma familia vasca. La disputa tiene lugar entre gen­

 miento de barreras del saber falsas. Se está hablando de edu­  tes viviendo en estricta cercanía espacial, y también emocio­

 carse, de edificarse, fuera de la acumulación de datos poco   nal, los unos identificados con posi ciones nacionalistas irre­

 relacionados  con  el  conocimiento  en  el  contacto  con  los   dentas y los otros con posturas de un nacionalismo español

 cuestionamientos de lo propio favorecido por lo diferente: la   opresor. El conflicto familiar se ha extendido a todas las víc­

 pedagogía de la convivencia pacífica.   timas y la sociedad vasca se ha vis to brutalmente dividida en­


 No fue este el camino seguido por el nacionalismo en el   tre amigos y enemigos, negándose a los últimos la disidencia o

 País Vasco. A finales de los años 50 del pasado siglo, la orga­  el desacuerdo, cuando no simple mente su pertenecía al cuer­

 nización terrorista ETA (Euskadi Ta Askatasuna, País Vasco   po social vasco.

 y Libertad) pudo haber sido en sus orígenes un movimiento   La pedagogía literaria o fílmica no consistirá en otra cosa

 de resistencia contra las prácticas criminales franquistas diri­  que en humanizar al enemigo, y situar en su justo lugar mo­

 gidas a la supresión de la identidad cultural del País Vasco.    ral al antes amigo, que ahora no siempre saldrá bien parado.
 5
 Sin embargo, casi 1000 muertes después —algunas de ellas a   Ha brá que escuchar con detenimiento las voces del docu­


 manos de organizaciones terroristas fun cionando de mane­  mental de Iñaki Arteta Trece entre mil (2005). Aquí oiremos

 ra paralela y con la connivencia de las es tructuras policiales   la voz del policía al que se ha colocado una bomba lapa de­

 del estado español— los propósitos originales se han dilui­  bajo de su coche, del estallido de la misma y de la muerte de

 do, las buenas intenciones se han transformado en pesadillas   uno de sus dos hijos gemelos sentados juntos en el asiento

 sin final. Muchos intelectuales y políticos trabajando a favor   trasero. Lo más conmovedor será sin duda la ausencia del

 de una solución definitiva y pacífica del problema —uno de   sentimiento razonable de venganza. Como habrá que escu­

 naturaleza no tanto política como criminal— han insistido   char el pánico y el miedo irredimibles de la joven torturada

         sicológica y físicamente por fuerzas policiales por posible

         pertenencia  a ETA en  el documental de  Julio  Medem  La



 5   Afortunadamente, después del alto el fuego del 8 de enero de 2011,   pelota vasca, la piel contra la piedra (2003). Ya Raúl Guerra
 ETA ha anunciado el cese definitivo de la violencia terrorista el 21 de oc­  Garrido, amenazado de muerte y destruida su farmacia en

 tubre de 2011. Sobre la voluntad final de la banda existen serias diferen­  la ciudad de San Sebastián, ha caminado por la senda de la
 cias de percepción. Mientras algunos dan por terminada de una vez por   comprensión del fenómeno de la violencia en prácticamente
 todas la violencia —así se explicarían los buenos resultados electorales de

 las marcas políticas de la izquierda abertzale en las elecciones municipales   toda su obra. En su Lectura insólita de El Capital (1977) nos

 y legislativas— otros, entre ellos la policía francesa, se muestran mucho   muestra el vano diálogo de sordos entre el empresario con­
 más prudentes sobre las intenciones finales de este cese definitivo. Cierta­  vencido de su aportación a la riqueza de todos y el comando
 mente, la desaparición de los métodos violentos ayudará, aunque no eli­  que lo ha secuestrado. Incluso La carta (1990) se atreverá a

 minará del todo, la discusión identitaria aquí planteada.





 30                                                                                                            31
 Revist a   de   alces   XXI                                              Número  0 , 2012
   26   27   28   29   30   31   32   33   34   35   36