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cultura mantiene con la de la política— si prestamos atención Segunda Guerra Mundial (5). Su pervivencia, sin embargo,
al coro de voces que caracteriza la situación presente como comenzó a quedar en entredicho a raíz de las perturbacio-
de crisis de la democracia. La descripción no es nueva. De nes que sufrieron los precios del petroleo durante los años
hecho, el discurso que atestigua la existencia de un conflicto setenta del pasado siglo. Y ahora, inmersos como estamos
entre democracia y capitalismo tiene una interesante historia en los rápidos de la Gran Recesión, “it is not the trente glo-
y ha sido conformado por voces de orientación política varia- rieuses but the series of crises which followed that represents
da. Como comentan los sociólogos Fernando Álvarez-Uría y the normal condition of democratic capitalism” (“no son los
Julia Varela, ya a finales del siglo XIX, cuando los movimien- trente glorieuses sino la serie de crisis que los siguió lo que re-
tos feministas reclamaban el derecho al voto y las organiza- presenta la condición normal del capitalismo democrático”;
ciones obreras se planteaban la pertinencia o no de partici- 5-6). Este cambio de perspectiva, que vuelve a poner sobre
par en las elecciones, los teóricos del elitismo convenían, “en la mesa el entendimiento de nuestra sociedad que elaboró
nombre de la irracionalidad de las mayorías, en afirmar la la izquierda que luchó contra el fascismo, nos propone una
imposibilidad de la democracia” (19). Posteriormente, con la descripción de la realidad social caracterizada por dos rasgos
de interés para nuestro análisis. Por un lado, todo parece in-
experiencia de la emergencia del fascismo, los movimientos dicar que el “capitalismo democrático” es, de hecho, una po-
de la izquierda real entendieron que la protección del capita- lítica económica gobernada por dos principios antagónicos
lismo era el objetivo central de la burguesía, y, también, que de distribución de los recursos generados socialmente: “one
la oscilación entre una esfera política de corte liberal y otra operating according to marginal productivity, or what is re-
de corte fascista era, por decirlo en breve, aspecto coyuntural vealed as merit by a ‘free play of market forces’, and the other
que quedaba al servicio de la consecución de tal meta. based on social need or entitlement, as certified by the co-
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Este tipo de voces quedaron acalladas con la constitución llective choices of democratic politics” (“uno que opera de
de lo que Wolfgang Streeck denomina “capitalismo demo- acuerdo a la productividad marginal, o lo que se revela como
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crático” —desarrollismo industrial, sector financiero embri- mérito en un ‘juego irrestricto de las fuerzas del mercado,’ y
dado y fuerte estado social—; es decir, ese contrato social otro que se basa en las necesidades o derechos sociales, tal
que se afianzó en las democracias occidentales después de la como tales necesidades o derechos quedan expresados en las
decisiones colectivas de la política democrática”; Streeck 7).
Con menos palabras, es improbable que en una sociedad de
2 A modo de ejemplo puede servir este paso del filósofo Manuel Sacris- economía capitalista la esfera política pueda ser realmente
tán escrito a la altura de 1974: “[E]l fascismo aparece como solución 4
capitalista en los momentos de crisis y consiguiente agudización de la lu- democrática. Por otro lado, una sociedad de tal naturaleza
cha de clases” (176).
3 Director del Instituto Max Planck para el Estudio de las Sociedades. 4 Para un análisis que documenta la trayectoria histórica del conflicto en-
tre el principio democrático y el principio capitalista, es útil consultar el
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Revist a de alces XXI Número 0 , 2012