Page 186 - Revista0
P. 186

cultura mantiene con la de la política— si prestamos atención                                                           Segunda Guerra Mundial (5). Su pervivencia, sin embargo,

         al coro de voces que caracteriza la situación presente como                                                             comenzó a quedar en entredicho a raíz de las perturbacio-

         de crisis de la democracia. La descripción no es nueva. De                                                              nes que sufrieron los precios del petroleo durante los años

         hecho, el discurso que atestigua la existencia de un conflicto                                                          setenta del pasado siglo. Y ahora, inmersos como estamos

         entre democracia y capitalismo tiene una interesante historia                                                           en los rápidos de la Gran Recesión, “it is not the trente glo-

         y ha sido conformado por voces de orientación política varia-                                                           rieuses but the series of crises which followed that represents

         da. Como comentan los sociólogos Fernando Álvarez-Uría y                                                                the normal condition of democratic capitalism” (“no son los


         Julia Varela, ya a finales del siglo XIX, cuando los movimien-                                                          trente glorieuses sino la serie de crisis que los siguió lo que re-

         tos feministas reclamaban el derecho al voto y las organiza-                                                            presenta la condición normal del capitalismo democrático”;

         ciones obreras se planteaban la pertinencia o no de partici-                                                            5-6). Este cambio de perspectiva, que vuelve a poner sobre

         par en las elecciones, los teóricos del elitismo convenían, “en                                                         la mesa el entendimiento de nuestra sociedad que elaboró

         nombre  de la  irracionalidad  de las  mayorías,  en  afirmar la                                                        la izquierda que luchó contra el fascismo, nos propone una

         imposibilidad de la democracia” (19). Posteriormente, con la                                                            descripción de la realidad social caracterizada por dos rasgos
                                                                                                                                 de interés para nuestro análisis. Por un lado, todo parece in-
         experiencia de la emergencia del fascismo, los movimientos                                                              dicar que el “capitalismo democrático” es, de hecho, una po-


         de la izquierda real entendieron que la protección del capita-                                                          lítica económica gobernada por dos principios antagónicos

         lismo era el objetivo central de la burguesía, y, también, que                                                          de distribución de los recursos generados socialmente: “one

         la oscilación entre una esfera política de corte liberal y otra                                                         operating according to marginal productivity, or what is re-

         de corte fascista era, por decirlo en breve, aspecto coyuntural                                                         vealed as merit by a ‘free play of market forces’, and the other

         que quedaba al servicio de la consecución de tal meta.                                                                  based on social need or entitlement, as certified by the co-
                                                                                                      2
                Este tipo de voces quedaron acalladas con la constitución                                                        llective choices of democratic politics” (“uno que opera de

         de lo que Wolfgang Streeck  denomina “capitalismo demo-                                                                 acuerdo a la productividad marginal, o lo que se revela como
                                                          3
         crático” —desarrollismo industrial, sector financiero embri-                                                            mérito en un ‘juego irrestricto de las fuerzas del mercado,’ y

         dado y fuerte estado social—; es decir, ese contrato social                                                             otro que se basa en las necesidades o derechos sociales, tal

         que se afianzó en las democracias occidentales después de la                                                            como tales necesidades o derechos quedan expresados en las


                                                                                                                                 decisiones colectivas de la política democrática”; Streeck 7).

                                                                                                                                 Con menos palabras, es improbable que en una sociedad de
         2  A modo de ejemplo puede servir este paso del filósofo Manuel Sacris-                                                 economía capitalista la esfera política pueda ser realmente
         tán escrito a la altura de 1974: “[E]l fascismo aparece como solución                                                                         4

         capitalista en los momentos de crisis y consiguiente agudización de la lu-                                              democrática.  Por otro lado, una sociedad de tal naturaleza

         cha de clases” (176).



         3  Director del Instituto Max Planck para el Estudio de las Sociedades.                                                 4  Para un análisis que documenta la trayectoria histórica del conflicto en-
                                                                                                                                 tre el principio democrático y el principio capitalista, es útil consultar el






      186                                                                                                                                                                                                                             187
                Revist a   de   alces   XXI                                                                                                                                                       Número  0 , 2012
   181   182   183   184   185   186   187   188   189   190   191