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tradicionalista—. Esta situación nueva e insólita ha tenido                                                             han podido ser equiparadas con el resto del discurso inter­

         consecuencias muy significativas para el país y ha contribui­                                                           nacional. La literatura, el cine, el arte y el discurso cultural

         do decisivamente a su estabilidad y normalización en el pla­                                                            nacionales han recobrado la continuidad con la vitalidad de

         no político, cultural y social. España ha dejado de estar en el                                                         la  cultura  continental  que  no  debieron  perder  nunca.  Las

         extrarradio del continente para integrarse en sus organismos                                                            ramificaciones económicas han sido distintas. En un princi­

         de decisión más constitutivos.                                                                                          pio, generaron desarrollo y afluencia notables. Últimamen­

                Paradójicamente, la integración en Europa no ha llegado                                                          te, la relación se ha visto afectada por la situación financiera


         por medio de un movimiento radical en un enfrentamiento                                                                 del continente, en particular con la grave y prolongada crisis

         directo con las fuerzas de la tradición y el casticismo —como                                                           de la eurozona cuya resolución no se augura excesivamente

         había sido propio de otros momentos del pasado— sino a                                                                  prometedora y puede tener efectos que trascienden lo estric­

         través de una inserción progresiva y gradual en las estructuras                                                         tamente económico para afectar negativamente todo el pro­

         de poder e influencia del continente. El método y el vehículo                                                           yecto unitario europeo y las interconexiones de España con

         de la inserción en Europa han sido no unos hechos y acciones                                                            Europa.

         singulares y memorables sino la negociación y el intercambio                                                                   Otra coordenada de los nuevos parámetros culturales


         con las entidades y los dirigentes competentes. Esa es la ra­                                                           radica en la tecnología. Desde que Heidegger en un ensa­

         zón por la que la integración en Europa ha tendido a ser in­                                                            yo determinante, “La cuestión de la tecnología,” definiera

         fravalorada por algunos sectores de opinión. Ha sido tal vez                                                            los parametros del discurso en torno a las relaciones de las

         excesivamente fácil y asequible y ha sido protagonizada por                                                             humanidades con la tecnología, el discurso humanístico ha

         unas élites intelectuales y políticas con mínima representa­                                                            mantenido una ambivalencia abierta hacia las revoluciones

         ción popular. Si se hubiera obtenido por medio de métodos                                                               tecnológicas y lo que ellas contribuyen para transformar to­

         social y políticamente inclusivos que hubieran involucrado a                                                            dos los aspectos no solo de la economía y la sociedad sino

         toda la población, es probable que se hubiera valorado más                                                              del pensamiento y la cultura en general. En algunos casos ex­


         lo que en ese caso se habría percibido como una conquista                                                               tremos como el de Paul Virilio, esa ambivalencia se convierte

         colectiva decisiva.                                                                                                     en un temor y repulsión hacia lo que se considera una inva­

                Lo que Larra, Clarín, Ortega y Gasset y Azaña tuvieron                                                           sión y deformación del lenguaje y la cultura de las humani­

         que defender con sus mejores argumentos en contra de una                                                                dades. La transformación radical de los modos de comuni­

         oposición pertinaz e inflexible se ha producido de manera efi­                                                          cación que ha aportado la era digital ha supuesto un cambio

         caz pero no espectacular. Y, no obstante, como la transición a                                                          profundo de consecuencias considerables para la cultura de

         la democracia, la expansión hacia Europa —y el mundo— es                                                                la letra escrita y en particular el libro en el formato tradicio­

         un hecho determinante no solo de la política sino también de                                                            nal en papel.


         la cultura española que, por primera vez en la modernidad,                                                                     Esa transformación es irreversible y resistirse a ella, ade­






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                Revist a   de   alces   XXI                                                                                                                                                       Número  0 , 2012
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