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queda desvirtuada por conductas sexuales flagrantes consi­  En  También la lluvia, Bollaín se enfoca en un pasado

 deradas como aberrantes (La mala educación); o se proyecta   lejano, la llegada de Cristóbal Colón a América, y las con­

 por medio de la reversión caótica de los papeles sexuales y las   secuencias que la conquista de América por los españoles


 normas del erotismo en La piel que habito.  tuvo para los nativos del continente. Frente a las posiciones

 Almodóvar ha recodificado y ha reescrito ese casticismo   de equidistancia moral que son típicas del discurso espa­

 en un lenguaje visual y culturalmente alternativo que lo ha   ñol ante la empresa americana de conquista y colonización,

 hecho conectar con la hibridez axiológica y epistemológica   la narración adopta una posición inequívoca de repudio de

 de la posmodernidad y la globalización. En lugar de la exalta­  los actos cometidos por los invasores en nombre del Rey y la


 ción prosaica y predecible de los estereotipos del casticismo   Iglesia. Las figuras de Bartolomé de las Casas y Antonio de

 propios del cine del franquismo —i.e. Sáenz de Heredia—,   Montesinos son evocadas como las voces que se levantaron

 en Almodóvar se produce una redefinición de las convencio­  en contra de los abusos sin ser atendidos por las autoridades


 nes que le permiten la inclusión de su lenguaje propio en la   competentes. Bollaín propone una lectura de la historia no

 cultura de la globalización. El cine de Almodóvar no es mili­  reducida estrictamente a la península sino que se extiende a

 tante ni programático. No obstante, cumple una función de   las conexiones profundas de España con el continente ame­

 reversión cultural porque sobredimensiona los estereotipos   ricano. La narración supera el discurso retórico oficial, reco­

 hasta el límite de sus posibilidades sémicas y de ese modo los   noce culpas y responsabilidades propias y sugiere la posibili­


 subvierte de manera efectiva.  dad de reconstruir la relación transatlántica a partir de unos

 También la lluvia de Icíar Bollaín es otro ejemplo de la   fundamentos más genuinos y verdaderos. Además, la pelícu­

 redefinición de los límites espaciales y conceptuales del cine   la transciende el pasado colonial y vincula la situación opre­


 español. En el pasado, el cine de esta directora había destaca­  siva a la que los nativos fueron sometidos por los españoles

 do como un testimonio de la condición de los desfavoreci­  con el menosprecio hacia los indios por parte de los “crio­

 dos de la sociedad. Te doy mis ojos es una ilustración de la ve­  llos” o continuadores de la opresión colonial en la actualidad

 hiculación de la narración fílmica para poner al descubierto   en Bolivia.

 situaciones sociales que requieren una atención colectiva ur­  El modelo posnacional conlleva una creciente expansión


 gente. La película se concentra en el tema del abuso domés­  del discurso cultural español hacia otras formaciones cultu­

 tico en una familia de una ciudad de provincias en la que la   rales más comprensivas. La dirección más natural de esa ex­

 esposa, Pilar, sufre en silencio la violencia de su marido hasta   pansión es hacia Europa que, por primera vez en la historia


 que, en un proceso de concienciación creciente, opta por el   moderna de España, ha dejado de ser un espejismo inalcan­

 abandono de su marido al comprobar que no es capaz de re­  zable —para el imaginario liberal nacional— o un territorio

 generación.   amenazante del que alejarse y protegerse —para el ideario






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 Revist a   de   alces   XXI                                              Número  0 , 2012
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