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De la misma manera, Richard Kahn critica la “educación la educación ecológica (Orr), la educación basada en el lu-
ambiental” de iniciativas de educación pública norteame- gar (Gruenewald y Smith), la educación holística (Miller),
ricana y programas de estudios ambientales universitarios la eco-justicia (Martusewicz y Edmundson), la educación
norteamericanos que prescinden de una formación signi- de los comunes (Prakash y Esteva), la educación transfor-
ficativa en el pensamiento crítico o el análisis político (7). madora (O’Sullivan y Taylor), las pedagogías indígenas que
Estas iniciativas suelen limitarse a la promoción de expe- hacen una crítica a las epistemologías colonizadoras (Wall
riencias de aprendizaje al aire libre que a menudo avanzan Kimmerer; Merculieff y Roderick), el aprendizaje experi-
“outdated, essentialized, and dichotomous views of nature mental y de servicio a la comunidad, y la pedagogía del de-
and wilderness” (“puntos de vista anticuados, esencializados crecimiento, antes mencionada (Prádanos, “The Pedagogy
y dicotómicos de lo natural y la naturaleza”; nuestra trad.) of Degrowth”).
y reflejan perspectivas coloniales y patriarcales sobre lo que Los ensayos y artículos académicos de este monográfi-
es y debe ser el ambientalismo y la acción ecológica (7). El co beben de una diversidad semejante de fuentes e influen-
capitalismo verde tiene sus propias pedagogías y retóricas cias. Al mismo tiempo, sus diversas reflexiones —muchas
de concientización: suelen enfatizar la dotación de infor- de ellas arraigadas en clases, momentos, lugares, y experien-
mación y no el desarrollo de capacidades críticas, haciendo cias concretas— reflejan debates sobre lo que debe o puede
hincapié en temas que coinciden con la responsabilidad del significar el prefijo eco- y la “sustentabilidad”/“sostenibili-
individuo —el reciclaje— o limitando la acción ecologista dad”. En todo caso, es nuestra esperanza que esta constela-
a las políticas de conservación. ción de textos sirva para fomentar más debate sobre lo que
La ecopedagogía fue consolidada como movimiento en significa la ecopedagogía, sobre todo para el campo de la
los años noventa por educadores latinoamericanos asocia- enseñanza de los estudios hispánicos e ibéricos.
dos con la pedagogía crítica de Paulo Freire que buscaban
promover una educación ambiental y nociones de ciudada-
nía planetaria fundamentalmente opuestas a las de la glo- Descripciones de las contribuciones
balización neoliberal (Kahn 18; Gutiérrez y Prado 11–12; En su trabajo, Jorge Marí presta atención a la enseñanza
Gadotti, “Pedagogia da terra”, “Ecopedagogia, pedagogia de cine y estudios de cine en la educación superior, seña-
da terra”). En esta tarea, la ecopedagogía se ha visto enri- lando la necesidad de etiquetas críticas y transformadoras
quecida por una amplia variedad de conceptos y discur- como ecocine y ecomedia y llamando a “despertar a los sec-
sos pedagógicos que han emergido en las últimas décadas, tores de nuestra profesión que escriben y enseñan de espal-
buscando cerrar la brecha entre la alfabetización ambiental das al planeta” (65). Apoyándose en el trabajo de autores
y la crítica social: entre ellos, la pedagogía crítica (Freire), como Scott Macdonald, Marí defiende una idea de ecocine
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Revist a de al ce s XXI Número 7 , 2025

