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seminario sobre ecocrítica ilustró los desafíos pedagógicos   La nuestra es una época de volátiles divisiones políticas,

 que se presentan cuando ese aprendizaje colectivo-colabora-  en las que las democracias están siendo probadas por la for-

 tivo se realiza a través de fronteras políticas, culturales y lin-  ma en que responden a la pobreza endémica, las migracio-


 güísticas. Por último, el curso sobre lengua y sustentabilidad   nes masivas, y en algunos casos, al incumplimiento de la

 ofrece un ejemplo de cómo la eco-literatura hace posible una   protección de los derechos humanos. La brecha de la des-

 aproximación biocéntrica a la ecoalfabetización. Pedagógi-  igualdad se ha ido ampliando progresivamente desde la dé-

 camente, este enfoque disciplinario integra prácticas reflexi-  cada de 1970 (Sachs). Como sociedades modernas pluricul-

 vas que a su vez requieren de espacios de conversación en los   turales y multiétnicas en un planeta en crisis, necesitamos


 que la propia vulnerabilidad pueda ser compartida.  transformación, y transformar nuestra forma de actuar en el

 Pero, además de la reflexión, enseñar desde las humani-  mundo exige aprender a pensar de otra manera. Exige tam-

 dades ambientales también requiere que abordemos los de-  bién el desarrollo de habilidades nuevas para el siglo XXI.

 safíos estructurales y educativos inherentes a la educación   Por lo tanto, ver la problemática socioambiental como un


 superior. En otras palabras, es necesario identificar aquellos   dilema bioético es abordar un nuevo debate sobre la justicia

 obstáculos que dificultan una pedagogía en busca de trans-  social referente al “valor y el derecho a la vida”, que es un

 formación. ¿Por qué reconocer estos desafíos? Porque la edu-  derecho humano fundamental (Leff, “Clima viral” 7).

 cación sigue enmarcada y organizada en torno a estrategias   La propuesta de un enfoque pedagógico transformador


 competitivas en las cuales la idea de conocimiento “exper-  fundamentado en la sustentabilidad busca movilizar ideas,

 to” permanece al servicio de un paradigma desarrollista que   visibilizar la otredad desde una perspectiva decolonial y am-

 no ha logrado comprender los límites ecológicos del creci-  pliar la lente epistemológica. Busca también abordar la pro-

 miento. Porque los estudiantes ya han elaborado una inter-  blemática socioambiental actual desde una perspectiva éti-


 pretación de las expectativas sociales sobre lo que significa   ca. El contexto latinoamericano contempla, a su vez, dos

 el avance académico y el “éxito” que integran el tejido cul-  principios básicos provenientes de un pensamiento propio

 tural de las instituciones universitarias, y traen esas expecta-  de la región: lo que ha sido llamado una “ontología de la di-

 tivas a clase. Porque algunos de estos desafíos son rígidos y   versidad”, la cual afirma la vida en la complejización de su


 requieren de enfoques creativos para ser movilizados. Por-  evolución creativa, y una “ética de la otredad”, que repre-

 que otros desafíos responden a propuestas anacrónicas y de-  senta la capacidad de convivencia de diferentes mundos y

 ben ser transformados. Pero, sobre todo, porque los cambios   formas de vida (Leff, “Clima viral”). En otras palabras, los

 incrementales en materia de sustentabilidad, aunque sigan   desafíos actuales nos obligan a una interpretación sistémica


 siendo importantes, no son suficientes ante la actual proble-  y multicausal de fenómenos complejos, para lo cual debe-

 mática socioambiental.  mos integrar la incertidumbre en el aprendizaje; debemos






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 Revist a  de  al ce s XXI                                            Número  7 , 2025
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