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mitieron transmitirle a mi alumnado cómo las experiencias                                                                año, con barbijos cubriendo las caras y distanciados físi-

        racionales y sensoriales son oportunidades de aprendizaje                                                                camente. Mis alumnos necesitaban esperanza, querían es-

        igualmente valiosas.                                                                                                     peranza, y me atrevo a decir que exigían de las clases pre-


            El objetivo pedagógico curricular de emplear literatura                                                              senciales una visión esperanzadora del mundo, al igual que

        infantil ilustrada en un curso de lengua y sustentabilidad era                                                           sus coetáneos el año anterior. La literatura infantil ilustra-

        la búsqueda de un enfoque biocéntrico al leer críticamen-                                                                da ofrecía ese espacio para desatar la esperanza. Las respues-

        te un texto ecoliterario, aparentemente sencillo. En efecto,                                                             tas autorreflexivas a estas lecturas fueron tomando forma de

        desfamiliarizar nuestras formas del saber


        puede ser una experiencia inspiradora y

        la literatura infantil ofrece un aprendiza-

        je multimodal que invita a explorar tan-

        to el lenguaje visual como la construc-


        ción discursiva generada por el diálogo

        entre texto e imagen. En este caso, a me-

        dida que los estudiantes iban recono-

        ciendo marcos de referencia biocéntricos


        en la literatura infantil, se desencadena-

        ban procesos emocionales y autorreflexi-

        vos que, según ellos mismos, interactua-

        ban con diversas áreas del aprendizaje.


            Sin embargo, mi selección de literatu-

        ra infantil respondía también a la alar-

        mante desesperanza expresada por el

        alumnado el semestre anterior y a las es-


        tadísticas nacionales publicadas sobre el

        debilitamiento de la salud mental de la

        generación que llegaba a mi salón de cla-

        ses. Nos enfrentábamos a un mundo en


        crisis, con movilidad limitada debido a

        la pandemia que duraba ya más de un                                                             Figura 3. Anuncio de la charla con la profesora Casals, sobre imagen del libro Bobú.






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                Revist a  de  al ce s XXI                                                                                                                                                     Número  7 , 2025
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