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En tanto, buscando puntos de fuga y de referencia alter- Dentro de ellas, como respuesta a este “síndrome sanita-
nativos donde hallar un cobijo en el apartarse momentá- rio” y poniendo en práctica el “higienismo racial” (Gold-
neamente de este desorden que le agota y no comprende, berg 336), como técnica constructiva a la vez que defensiva,
así como un apoyo por el que dejarse guiar una vez que re- Can Tunis Nou, Avillar Chavorrós, había renacido como
toma su periplo por las calles del barrio, la cámara alterna un proyecto experimental y con un propósito no menos ci-
su confianza entre un Manuel que raramente abandona su vilizatorio. Como explicaron sus arquitectos, Raimon To-
casa y un Juan que apenas entra en ella. En el interior de rres y Jaume Sanmartí, a raíz de que se les otorgara en 1980
esta vivienda, sin embargo, lo que se encuentra es un Ma- el premio Opinió del Foment de les Arts Decoratives por
nuel taciturno y quejumbroso; enredado en sus eternos mo- su contribución a la erradicación del barraquismo, éstos no
nólogos y sin establecer un diálogo con las personas que le solo tuvieron a bien incluir en su plan un centro social, una
rodean, subordinado al cuidado de sus numerosas hijas in- escuela y un mercado; sino también talleres para que sus ha-
cluso estando siempre desocupado, y apesadumbrado por el bitantes romaníes aprendieran a desempeñar aquellos que
peso de una soledad crónica que le ahoga a pesar de no estar se suponían que debían ser sus oficios: la cestería, la elabo-
nunca solo en un hogar en el que parece no haber espacio ración de flores artificiales, la recolección de hojalata o el
para todos, aun cuando su familia está incompleta. Como flamenco (“Flamenco”). Cinco lustros más tarde, la cámara
él mismo enumera, faltan aquellos que han pasado a de- de un proyecto documental que, afectado por una amnesia
pendencias penitencias, ya sea por la venta de drogas, como histórica consensuada, se olvida de mencionar los orígenes
es el caso de su esposa, por su consumo, en el de alguno de del barrio lo que se encuentra es unas viviendas diseñadas
sus hijos, o que simplemente han desaparecido de un barrio no tanto para responder a las necesidades ni al número de
que se construyó al sur del cementerio de Montjuïc y tras sus habitantes como para forzar a todos ellos a que se amol-
unas fronteras no tan geofísicas como bio y necropolíticas daran a sus dimensiones, “bodies are shaped by histories of
con las que poder ejercer, en palabras de Achille Mbembe colonialism” (“los cuerpos son moldeados por historias del
(Necropolítica 20), un dominio sobre las vidas y un control colonialismo”; mi trad.) nos recuerda Sarah Ahmed en “A
sobre las muertes de aquellos que con su presencia pusie- Phenomenology of Whiteness” evocando a su vez el trabajo
ran en duda, en los primeros pasos hacia la democracia del de Frantz Fanon (153), y a un Manuel atrapado entre unas
país, la identidad racial y el perfil como Estado desarrollado paredes que habían decidido antes que él dónde no habría
de una España no solo con perennes aspiraciones europeas, tenido acceso, qué no habría hecho y en qué se habría con-
sino también con las enésimas inseguridades de aquel que vertido; que habían limitado tanto su movilidad como la de
cree medirse en inferioridad de condiciones con sus vecinos sus familiares y vecinos condenándolos a todos ellos a la fu-
del norte. tilidad hasta hacer de éstos sus rasgos identitarios y que, tras
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Revist a de al ce s XXI Número 6 , 2024