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de Bulgákov haciendo ciertos cambios de efecto dramáti- ayudarlo, Bulgákova le propone que haga ella el papel de
co. Como indicamos antes, esto es algo que Mayorga admi- Stalin para que, de este modo, con la presencia ensayada del
te francamente. El propósito de este trabajo no es atacar ni destinatario, él pueda componer una carta mejor: “puedo…
defender la originalidad del trabajo de Juan Mayorga, como imaginar que soy Stalin y reaccionar como él reaccionaría
tampoco es trazar un mapa de las correspondencias entre la ante tu carta. Puedo ponerme en su lugar” (223). Pero, una
obra de teatro y sus fuentes de inspiración a partir de refe- llamada inoportuna interrumpe este plan.
rencias exactas a cartas de Bulgákov. Por un lado, la insólita propuesta de hacer el papel del
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En el drama, Mayorga usa la intertextualidad de tres ma- dictador pone en marcha un mecanismo de escritura de car-
neras. Primero, usa el texto de las cartas publicadas en Es- tas y da lugar a una manifestación creativa frenética de Bul-
paña. La obra se basa en la correspondencia que Bulgákov gákov. Por otro lado, como consecuencia de la “actuación”
mandó al gobierno soviético entre 1929 y 1930, como tam- de Bulgákova, Stalin se personifica en el cuarto y se apropia
bién en borradores de cartas dirigidas específicamente a Sta- del papel de la mujer, sustituyéndola como pareja.
lin entre 1931 y 1934. Segundo, usa su propio método de El ejemplo central de desplazamiento productivo en la
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“desplazamiento productivo” o “inversión” (Caballero et al obra es la conversación telefónica entre Bulgákov y Stalin,
8). Por ejemplo, altera los diálogos de los personajes, hace que aparece reproducida en tres momentos distintos de la
repeticiones de sus palabras y reproduce palabras y frases obra. Primero, cuando Bulgákova hace el papel de Stalin,
pronunciadas por los protagonistas como si fueran dichas para ayudar a Bulgákov a escribir la carta adecuada y la lla-
por sus antagonistas. mada los interrumpe. La conversación se reproduce par-
Bulgákov le escribe varias cartas a Stalin, sin recibir cialmente, desde la posición de Bulgákov: “¿Sí? …Yo soy…
respuesta. Ante la frustración de su marido, y deseando Buenas tardes, camarada…Últimamente me he hecho mil
veces la misma pregunta: ¿Puede un escritor ruso vivir fue-
ra de su patria? … Claro que me gustaría, pero he recibi-
4 Hay algunos estudios al respeto, que indagan en la génesis de la obra
Cartas de amor a Stalin, respectivamente “Libertad artística y autoritaris- do más que negativas … ¡Oh sí, Iósif Vissariónovich, tene-
mo” de Eszter Katona (2016) y “Cartas (de amor) a Stalin: génesis textual mos que conversar! … Se ha cortado” (228). En la escena
de Cartas de amor a Stalin, de Juan Mayorga” de José Corrales Díaz-Pa- siguiente, hay una reproducción de la misma conversación,
vón (2018), por mencionar algunos. El propio Juan Mayorga indica la relatada indirectamente en su totalidad desde la memoria
fuente de inspiración de su obra Cartas de amor a Stalin en una nota pre-
via al texto publicado en el número 9 de la revista Signa [Publicaciones pe- de Bulgákov, incluyendo tanto sus réplicas como las de Sta-
riódicas]: revista de la Asociación Española de Semiótica, en 2000. lin. La conversación aparece una tercera vez, más adelante
en la obra, ya cuando Stalin se manifiesta físicamente en la
5 Estas cartas se pueden leer en la edición de J.A.E. Curtis, entre las pá-
ginas 93-95, 103-110, 125-126, 172-175. casa de Bulgákov. Allí, la conversación es en forma de diá-
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Revist a de al ce s XXI Número 6 , 2024