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sumption that the white western subject is central, much as                                                             “los mios güellos”, “el mio naso”, “la mia boca”, “la mia es-

         [the latter] assumes the centrality of the male subject” (“re-                                                          quena”, etc. (“mis ojos”, “mi nariz”, “mi boca”, “mi pecho”,

         fleja la creencia que el sujeto blanco occidental es central de                                                         etc.) (1:45:30).


         la misma manera que [la segunda] asume la centralidad del

         sujeto masculino”; mi trad.; 78). A través de esta compara-

         ción, la académica estadounidense demuestra la naturaleza

         cosificante de la mirada imperial que, tal como la mirada

         masculina, niega “mutual gazing”, “mutual subject-to-sub-


         ject recognition”, (“la mirada recíproca”, “el reconocimien-

         to recíproco de sujeto a sujeto”) y lo que Kaplan ha deno-

         minado “a looking relation” (“la relación de mirada”; mi                                                                                                     Figura 5 (1:45:04)

         trad.; 79). Según ella, es imposible que la mirada imperial


         y la mirada masculina realmente vean al ser humano que

         contemplan. No son capaces de entender ni “the position

         of the Other” (“la postura del Otro”) ni “[their] own gaze

         structure vis-a-vis them” (“la estructura de su propia mira-


         da con relación al [Otro]”; mi trad.; 78). En lugar de ello, la

         mirada imperial y la mirada masculina reaccionan a la res-                                                                                                     Figura 6 (1:45:25)

         puesta del Otro con paternalismo y condescendencia. Di-

         cha incapacidad de reconocer la mirada de regreso del Otro


         es evidente en Palmeras en la nieve, sobre todo en las escenas

         de sexo. En una, la focalización se centra en Bisila mientras

         la mujer intenta enseñarle a su amante las palabras para las

         partes del cuerpo en bubi, su idioma nativo, lentamente se-


         ñalándolas en un cuerpo desenfocado con la espalda hacia                                                                                                       Figura 7 (1:45:30)

         la cámara (Figura 5). Cuando le toca a Kilian (“ahora me

         toca a mí”) (1:45:25), la perspectiva cambia de un punto de                                                                 El uso del determinante posesivo, junto con el reposicio-

         vista voyerista (Figura 6) a un plano que coloca a Kilian en                                                            namiento de Kilian para reafirmar su superioridad física,


         una posición de superioridad física (Figura 7) mientras él                                                              transmite un mensaje claro: el hombre blanco en Palme-

         responde en el benasqués (un dialecto del valle de Huesca):                                                             ras en la nieve se niega a reconocer la mirada de regreso del






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