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(Figura 1), puertas cerradas o cortinas (Figura 2). Es decir,                                                           to voyerista genera para la audiencia.  Desde la perspecti-
                                                                                                                                                                                                    7
         progresivamente los espectadores se involucran más y más                                                                va discreta del voyerista, el espectador puede acceder a más

         en la transgresión que caracteriza la relación entre Kilian y                                                           información sobre la diégesis que los personajes y el acceso


         Bisila; tal como la pareja interracial traspasa los límites so-                                                         exclusivo a este conocimiento le complace. En el caso parti-

         ciales y morales, la audiencia llega a ocupar una posición                                                              cular de Palmeras en la nieve, por ejemplo, además de estar

         que es en sí transgresiva: la del voyerista.                                                                            al tanto del amor prohibido de los protagonistas a partir de

                                                                                                                                 la primera escena, la audiencia también sabe todos los secre-

                                                                                                                                 tos que Kilian y Bisila se esconden entre sí. Efectivamente


                                                                                                                                 el espectador se encuentra en posiciones voyeristas tras una

                                                                                                                                 valla (Figura 3) y tras una puerta de vidrio entreabierta (Fi-

                                                                                                                                 gura 4) cuando observa la violación de Bisila, la cual ella es-

                                                                                                                                 conde de su amante diciéndole que se lastimó en un acci-


                                                                                                                                 dente de camión, y el acto de venganza, no presenciado por

                                                                                                                                 Bisila, que Kilian comete cuando al fin se entera de lo que


                                                Figura 1 (1:36:54)                                                               realmente pasó: que su propio hermano violó a su amante.


























                                                Figura 2 (1:44:31)                                                                                                      Figura 3 (1:56:02)








             En su análisis de la “Sutura”, la teórica Kaja Silverman                                                            7  Como si el filme intentara enfatizar visualmente que la audiencia goza

         caracteriza la posición cinematográfica del voyerista como                                                              del acceso a un conocimiento exclusivo, Palmeras en la nieve está reple-

         una fuente de “placer” y de “culpa”. Según ella, el placer vie-                                                         to de tomas aéreas, lo cual refuerza la superioridad de la audiencia con


         ne del goce de la superioridad visual que el posicionamien-                                                             la sensación de una superioridad no solamente visual sino también física
                                                                                                                                 (a modo de ejemplo, véase el Anexo 1).





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                Revist a  de  al ce s XXI                                                                                                                                                     Número  6 , 2024
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