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omisión, el derecho de las víctimas del colonialismo a la re- casos, una forma de rechazo directo como carente de gusto,
cuperación de su memoria, parece que Palmeras en la nieve, repugnante, o incluso nauseabundo” (230). Sin embargo,
presentada en IMDb y Netflix como un “journey back to al aparejar el kitsch con el tema poco rentable del colonia-
Africa” (“retorno al África”; mi trad.), no logra rescatar la lismo subsahariano, aparentemente aquella estética se con-
memoria poscolonial española del olvido. No obstante, el vierte en una virtud.
hecho de que la película alcanzó más de dos millones de es- Resulta ser una combinación atractiva debido a la sen-
pectadores y recaudó casi US$19 millones (brutos) indica sación de transgresión que conlleva: de la misma manera
lo contrario. El presente texto contempla la siguiente con- que los espectadores rompen la norma social de guardar si-
tradicción: ¿cómo puede ser que una película que reúne to- lencio relativo al colonialismo español en Guinea Ecuato-
dos los elementos de la estética kitsch haya sido la primera rial cuando miran Palmeras en la nieve, transgreden el juicio
película española acerca del colonialismo en Guinea Ecua- de valor internalizado que repudia el kitsch por ser de mal
torial que logró convertirse en un éxito? Conocida por su gusto cuando se abandonan a la experiencia empalagosa de
parasitismo, redundancia, narración explicativa y ausencia aquel filme. A sabiendas cometen un acto visto con malos
de ironía, la estética kitsch no suele tener buena reputación: ojos y aquella transgresión les llena de satisfacción y placer.
‘infantiloide’, ‘banal’, ‘cursi’ e incluso ‘penosa’ —abundan La película de González Molina está repleta de referencias
los adjetivos despectivos que se emplean para describir una a la transgresión, así enfatizando que es un placer culpable.
producción kitsch—. En Cinco caras de la modernidad, el Desde la historia del amor prohibido de los protagonistas
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crítico literario Matei Calinescu asocia estas propiedades hasta el posicionamiento voyerista de los espectadores, pa-
con el carácter “fuertemente derogatori[o]” del kitsch. En rece que todos los elementos diegéticos y escenográficos es-
sus palabras: “llamar a algo kitsch es, en la mayoría de los tán pensados para generar una sensación de culpabilidad,
pero con un solo fin: dar a la audiencia la satisfacción y el
ron persecución o fueron víctimas de violencia durante la guerra civil o placer de una pronta resolución. Tomando de base teórica
la dictadura franquista a la recuperación de su memoria, entre otras me- el concepto de sutura cinematográfica desarrollado por Kaja
didas a su favor. Sin embargo, aunque el colonialismo español en Áfri- Silverman, a continuación, se analizará cómo Palmeras en la
ca coincidió con el franquismo, la ley no hace ninguna mención de las
víctimas del colonialismo. Para ver el texto completo de la ley, consulte nieve utiliza el kitsch como un mecanismo de sutura. Se de-
la página oficial de la Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado: www. mostrará cómo el primer taquillazo español que aborda el
boe.es/eli/es/l/2007/12/26/52/con. colonialismo en Guinea Ecuatorial emplea la mirada impe-
6 Para una definición más detallada del kitsch y una discusión de sus de- rial y la mirada del turista —dos miradas tradicionalmente
fectos, véanse, entre otros, Cinco caras de la modernidad de Calinescu y utilizadas para construir la otredad— además de represen-
“The Politics of Kitsch” de Kjellman-Chapin.
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Revist a de al ce s XXI Número 6 , 2024