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taciones trilladas de África para ofrecer un cierre narrativo presiones sociales y religiosas bastaban para estigmatizarlos
y emocional a un público que ha sido lastimado por varios como relaciones degradantes y descivilizadoras (116). En
actos de transgresión, así produciendo una película recon- su estudio sobre el cine colonial español, el académico Al-
fortante que ya ha dado a más de dos millones de especta- berto Elena confirma la observación de Nerín, citando a va-
dores la oportunidad de entregarse a un placer culpable. rios cineastas que, por razones de verosimilitud, se negaron
a representar parejas mixtas en la pantalla, entre ellos, José
Neches, el director de Afan-Evu, quien sostiene: “¿Nuestro
La transgresión: Un placer culpable protagonista enamorándose de una negra? Imposible. Nada
Ya en la primera escena, Palmeras en la nieve coloca a la au- más inverosímil y falso. Todo trato con negras está severí-
diencia en un acto de transgresión. Desde una posición tras simamente castigado en nuestra colonia, y al que desobe-
las rejas de una cama y luego desde una posición elevada dece, lo menos que le puede ocurrir es la expulsión” (177).
en el techo, el espectador observa un apasionado encuen- Para resaltar aún más la naturaleza transgresiva del ya en sí
tro sexual entre Kilian (Mario Casas), un joven español ori- inconformista amor entre Kilian y Bisila, en Palmeras en la
ginario de las montañas oscenses, y Daniela Bisila (Berta nieve la joven mujer está casada con un jefe bubi, lo cual
Vásquez), una nativa bubi originaria de la isla de Fernan- significa que la relación no es solamente un tabú social sino
do Poo. Lágrimas y placer se entremezclan cuando la pareja también un caso de pecado mortal de adulterio.
hace el amor por última vez ya que Kilian, como todos los No obstante, lo excepcional del filme de González Moli-
españoles, se ve obligado a marcharse de la excolonia que na no radica en qué tan transgresiva habría sido la relación
se ha convertido en el territorio independiente de Guinea entre Kilian y Bisila en la época del colonialismo español
Ecuatorial. El español abandona a su amante, dejándola sino en cómo la película posiciona al público en el tabú que
con solo dos símbolos de su pasión prohibida: un salacot rodea este amor prohibido. Como se mencionó anterior-
tradicional y la mitad de una foto de la pareja que él divide mente, la primera vez que la audiencia se encuentra con los
en dos antes de irse. amantes es desde una posición tras las rejas de una cama y
La relación entre Kilian y Bisila, por ser una relación in- luego desde una posición elevada en el techo. Ya en la pri-
terracial entre un europeo y una nativa bubi, es transgresiva mera escena, la película sitúa a los espectadores en un lu-
en sí. Tal como señala el antropólogo español Gustau Ne- gar oculto y los anima a espiar los personajes que serán los
rín, especialista en el estudio de Guinea Ecuatorial, en su protagonistas del filme. Se sigue reforzando este posiciona-
libro Guinea Ecuatorial, historia en blanco y negro: Hombres miento de la audiencia a lo largo de la película, ya que, en
blancos y mujeres negras en Guinea Ecuatorial, aunque nun- casi todas las escenas de amor, los espectadores presencian
ca se prohibieron oficialmente los matrimonios mixtos, las la pasión prohibida de la pareja desde detrás de ventanas
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Revist a de al ce s XXI Número 6 , 2024