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dez critica la ausencia histórica de textos escritos por muje-  des posibilidades de una ciudadanía activa, ni a los derechos

 res y madres sobre la maternidad: “Como reza irónicamente   humanos que traspasan fronteras nacionales. Es así que el

 el título de un excelente libro —Por su propio bien. 150 años   asunto de “quién quiere ser madre” de Nanclares logra tra-


 de consejos de expertos a las mujeres (Ehrenreich y English   zar el concepto de “fracaso” (como arte, como posibilidad

 1978)—, las madres han contado con la inestimable ayuda   nueva, como dice Halberstam) y complicar las movilizacio-

 de médicos, psicólogos, filósofos, escritores, la mayor parte   nes feministas. No todas/os/xs podemos ser madres. No to-

 eruditos, para ejercer su papel. Las palabras de esos sesudos   das/os/xs deseamos ser madres. No todas/os/xs tenemos la

 varones se dirigían a dictar a las madres las normas ideales   libertad socioeconómica ni de cuidados como para ser ma-


 sobre la crianza con el fin último de crear una ciudadanía   dres.  Y no todas/os/xs queremos responder al ciclo cons-

 útil al Estado” (1). Ahora, por fin, en 2021 se está notando   tante de preguntas sobre la maternidad. En el primer capí-

 cada vez mayor interés en la articulación radical de una pla-  tulo, Nanclares habla de la palabra alemana Kinderwunsch,

 taforma política que vincula las maternidades con los cui-  “deseo de tener hijos” (14), viéndola ubicada entre su pro-


 dados. 8  pio optimismo, o “rosario de posibilidades” (14) y el “fata-

 Tanto Judith/Jack Halberstam (17) como Nancy Fraser   lismo edadista del ginecólogo” (14). Como feminista auto-

 (“Feminism, Capitalism” 101-103) analizan los límites del   declarada, Nanclares cuestiona su deseo de ser madre al no

 economismo marxista y, sobre todo, su falta de considera-  tener muy claro si surge de sí misma, de las expectativas so-


 ción de la interseccionalidad (Crenshaw 140) y la resultan-  ciales de toda una vida o de una impactante combinación

 te falta de atención a la justicia social basada en ejes que van   de estas. 9

 más allá de la clase socioeconómica. Para Halberstam, el   En Quién quiere ser madre, la narradora Silvia observa que


 economicismo demuestra la rigidez de las bases teóricas más   la relación que tiene con su madre llega a ser cada vez más

 poderosas desde el siglo XIX y así se olvida de una posible   fuerte en la estela de la enfermedad y la muerte de su padre.

 apertura hacia conceptos queer, mientras que para Fraser, el   Conoce a su madre no solo con respecto a la obvia relación

 puro enfoque en la clase socioeconómica no hace caso al an-  maternal, sino también a la luz de su estatus como pareja,

 drocentrismo de todas las culturas del globo, ni a las gran-  de posible abuela, de amiga y de persona independiente. Al


         cuidar del padre, Silvia aprende, al lado de su madre, lo que

         cuestan los cuidados: “Sinestesia de lo desagradable —he-
 8  La Antología del pensamiento feminista español traza más de tres siglos

 de pensamiento feminista de España, donde se puede observar una casi

 constante tensión entre lo privado y lo público, los supuestos terrenos de
 lo femenino y lo masculino. Es significativo que el largo volumen, pu-  9  Véanse “La maternidad debe ser feminista” de Ester Vivas y “¿Qué nos
 blicado en 2011, termine con un ensayo sobre el ecofemimismo (“Eco-  empuja a ser madres en una sociedad sin políticas sociales?” de Diana Oli-

 feminismo para otro mundo posible” de Alicia H. Puleo).  ver para un planteamiento sobre feminismos, cuidados y política actual.





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 Revist a  de  al ce s XXI                              Número  5 , 2021-2023
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