Page 44 - Revista4
P. 44
historia cultural en dos espacios sociales con características Estado español, dos ejemplos significativamente diferencia-
específicas como son las tierras vascas y gallegas. El caso vas- dos. Además, nos ayuda a evitar el esencialismo centralis-
co es especialmente relevante por la importancia social de la ta de entender todo lo que atañe al Estado español bajo un
música en un escenario atravesado de fuerte conflictividad marco supranacional que, en última instancia, tiende a li-
sociopolítica y con cultura(s) propia(s). De hecho, autores mitarse a Madrid y la idea tradicional de lo esencialmente
como Víctor Lenore plantean que el denominado Rock Ra- “español”. Abordamos, pues, los acordes y desacoples que
dikal Vasco de la década de 1980 podría caracterizarse en tienen lugar en esas tierras, a fin de situarnos y aproximar-
términos de subcultura, mientras que muchas de las llama- nos a las transformaciones que suceden en las primeras dé-
das “subculturas” en el Estado español, por contra, fueron cadas del siglo XXI.
introducidas por las clases dominantes, desde arriba, como
signo de distinción y modernidad por parte de las clases El caso vasco
acomodadas. El caso de Galiza, por su parte, resulta signi-
ficativo por las similitudes con Euskal Herria (nacionalidad La recuperación cultural y el optimismo de un nuevo tiempo:
histórica con su propia lengua y cultura/s) y por el énfasis folk y movimientos sociales
en este territorio del carácter identitario en la relación entre
música y movimientos sociales—algo que no es tan predo- Desde la década de 1960, las tierras vascas son testigo de
minante en el Rock Radikal Vasco, por ejemplo. hibridaciones de la cultura vasca tradicional con los nue-
Es cierto que en el Estado español existen otras referen- vos fenómenos (contra)culturales que están teniendo lugar
cias importantes, como especialmente el caso de Catalunya. en otras latitudes, como son las referencias de los cantau-
Es este caso, la Nova Cançó jugó un destacado papel en el tores latinoamericanos (Yupanqui, Jara...), y especialmente
momento de expansión del folk político durante las déca- los movimientos juveniles de protesta norteamericanos en
das de 1960 y 1970 (García-Soler). Posteriormente, expre- conjunción con el folk político (Dylan, Báez...). Ello pro-
siones como el denominado “Rock catalán” acusarían deba- piciará interesantes mutaciones propias. Todo esto se ma-
tes en torno a su vinculación institucional, al tiempo que el nifiesta especialmente en el campo de la música pop vasca,
rock más político vertebrado en torno a los centros cultura- como terreno privilegiado de acción simbólica, puesto que
les, independentistas u okupas, tendría como referencia al es el fenómeno cultural nuevo de la época, capaz de mo-
Rock Radikal Vasco (Viñas). Con todo, por limitaciones de vilizar afectos y emociones (Gabilondo 17; Larrinaga 64).
espacio, centraremos el análisis cultural más en profundi- Puede vincularse también con movimientos coetáneos en
dad en los casos vasco y gallego, que constituyen, entre los España (Luis Eduardo Aute o Paco Ibañez), Voces Ceibes en
escenarios sociales con lengua y cultura propias dentro del Galiza (Suso Vaamonde, Benedicto, Miro Casabella, Bibia-
44 45
Revist a de alces XXI Número 4 , 2019-2020