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historia cultural en dos espacios sociales con características   Estado español, dos ejemplos significativamente diferencia-

 específicas como son las tierras vascas y gallegas. El caso vas-  dos. Además, nos ayuda a evitar el esencialismo centralis-

 co es especialmente relevante por la importancia social de la   ta de entender todo lo que atañe al Estado español bajo un


 música en un escenario atravesado de fuerte conflictividad   marco supranacional que, en última instancia, tiende a li-

 sociopolítica y con cultura(s) propia(s). De hecho, autores   mitarse a Madrid y la idea tradicional de lo esencialmente

 como Víctor Lenore plantean que el denominado Rock Ra-  “español”. Abordamos, pues, los acordes y desacoples que

 dikal Vasco de la década de 1980 podría caracterizarse en   tienen lugar en esas tierras, a fin de situarnos y aproximar-

 términos de subcultura, mientras que muchas de las llama-  nos a las transformaciones que suceden en las primeras dé-


 das “subculturas” en el Estado español, por contra, fueron   cadas del siglo XXI.

 introducidas por las clases dominantes, desde arriba, como

 signo de distinción y modernidad por parte de las clases   El caso vasco

 acomodadas. El caso de Galiza, por su parte, resulta signi-


 ficativo por las similitudes con Euskal Herria (nacionalidad   La recuperación cultural y el optimismo de un nuevo tiempo:

 histórica con su propia lengua y cultura/s) y por el énfasis   folk y movimientos sociales

 en este territorio del carácter identitario en la relación entre

 música y movimientos sociales—algo que no es tan predo-  Desde la década de 1960, las tierras vascas son testigo de


 minante en el Rock Radikal Vasco, por ejemplo.  hibridaciones de la cultura vasca tradicional con los nue-

 Es cierto que en el Estado español existen otras referen-  vos fenómenos (contra)culturales que están teniendo lugar

 cias importantes, como especialmente el caso de Catalunya.   en otras latitudes, como son las referencias de los cantau-

 Es este caso, la Nova Cançó jugó un destacado papel en el   tores latinoamericanos (Yupanqui, Jara...), y especialmente


 momento de expansión del folk político durante las déca-  los movimientos juveniles de protesta norteamericanos en

 das de 1960 y 1970 (García-Soler). Posteriormente, expre-  conjunción con el folk político (Dylan, Báez...). Ello pro-

 siones como el denominado “Rock catalán” acusarían deba-  piciará interesantes mutaciones propias. Todo esto se ma-

 tes en torno a su vinculación institucional, al tiempo que el   nifiesta especialmente en el campo de la música pop vasca,


 rock más político vertebrado en torno a los centros cultura-  como terreno privilegiado de acción simbólica, puesto que

 les, independentistas u okupas, tendría como referencia al   es el fenómeno cultural nuevo de la época, capaz de mo-

 Rock Radikal Vasco (Viñas). Con todo, por limitaciones de   vilizar afectos y emociones (Gabilondo 17; Larrinaga 64).

 espacio, centraremos el análisis cultural más en profundi-  Puede vincularse también con movimientos coetáneos en


 dad en los casos vasco y gallego, que constituyen, entre los   España (Luis Eduardo Aute o Paco Ibañez), Voces Ceibes en

 escenarios sociales con lengua y cultura propias dentro del   Galiza (Suso Vaamonde, Benedicto, Miro Casabella, Bibia-






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 Revist a   de   alces XXI                                    Número  4 , 2019-2020
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