Page 328 - Revista4
P. 328

tan con las dependencias de los estratos sociales dominan-                                                              negro norteamericano.

         tes. Por tanto, este acercamiento constituye una interesante                                                                Alberto Rodríguez y Rafael Cobos, recordemos, son sos-

         paradoja, al conseguir que los aspectos formales de la serie                                                            pechosos habituales de lo que se ha llegado a conocer como


         más vinculados a convenciones genéricas acaben por susci-                                                               “thriller ibérico”, con casos tan sonados como su Grupo 7

         tar, al mismo tiempo, una sensación de realidad en lo que a                                                             (2012) o La isla mínima (2014). Acostumbrados como es-

         las condiciones materiales de la época se refiere.                                                                      tán a vehicular sus narrativas a través de géneros cinemato-

             La decisión estética de los creadores juega, de este modo,                                                          gráficos, La peste no supone una excepción en su trayectoria.

         con lo que podríamos esperar de un género histórico de tin-                                                             Por tanto, la historicidad de la serie se combina, primero,


         tes épicos y glorificadores. Lejos quedan las revisiones más                                                            con el carácter lúdico de la investigación criminal y, segun-

         amables y ensalzadoras del pasado nacional e imperial in-                                                               do, con una sensibilidad de tintes neo-noir. Según Carlos F.

         centivadas durante el régimen franquista, como los men-                                                                 Heredero y Antonio Santamarina, el cine negro estadouni-

         cionados trabajos de Juan de Orduña. No obstante, La peste                                                              dense clásico —años 40 y 50 principalmente— crea


         también se alejaría de otras producciones recientes de la te-

         levisión pública española como Isabel (Jordi Calafí, 2012-

         2014) o Carlos, Rey Emperador (José Luis Martín, 2015-                                                                         Una atmósfera turbia y densa, invadida por las sombras, habita-
                                                                                                                                        da por espacios lumínicos rotos y quebrados que pueden llegar
         2016), series más centradas en intrigas palaciegas, repletas                                                                   a generar una sensación de irrealidad y en los que el predominio


         de aristócratas bien limpios y vestidos, normalmente roda-                                                                     del claroscuro dificulta una delimitación nítida o maniquea en-

         das en interiores. En este sentido, La peste, más allá de su os-                                                               tre el bien y el mal. El espacio atmosférico del cine negro puebla

         curidad, propondría una aproximación mucho más realista                                                                        la ficción de figuras entrevistas y fisonomías con perfiles borro-
                                                                                                                                        sos, de movimientos inciertos y situaciones ambiguas, siempre
         a las penurias y al ambiente opresivo de la época que repre-                                                                   amenazadas por la confrontación —poco geométrica y escasa-


         senta, además de centrar su mirada en las vicisitudes más                                                                      mente racional— entre la luz y la sombra. (260)

         anónimas de la urbe. Por añadidura, la serie que nos ocupa

         crea un universo muy personal que atraviesa y subvierte lo

         histórico mediante la introducción de lo detectivesco, algo                                                                  Es decir, más allá de que estas ficciones suelan estar po-


         que la emparentaría con obras literarias como El nombre de                                                              bladas de criminales o ebrios investigadores privados, el cine

         la rosa (Umberto Eco, 1980), a nivel internacional, o con,                                                              negro establece una visión del mundo a partir de su marca-

         por ejemplo, La leyenda del ladrón (Juan Gómez-Jurado,                                                                  da estética, la cual crea paralelismos entre sus juegos lumí-

         2012), a nivel español. La peste, sin embargo, va un paso                                                               nicos y la ambigüedad moral del universo diegético presen-


         más allá, al hibridar todos estos elementos y acabar confor-                                                            tado, poblado este de personajes claramente ambivalentes.

         mando un acercamiento estético con claros ecos del cine                                                                 Conectar La peste, supuestamente una serie histórica, con






      328                                                                                                                                                                                                                             329
                  Revist a   de   alces XXI                                                                                                                                           Número  4 , 2019-2020
   323   324   325   326   327   328   329   330   331   332   333