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no retablo de las maravillas se interrumpe con la entrada de   necesitaron ningún tipo de disfraz para comunicar un dis-

 sujetos externos a la comunidad, las fantasías de la burbuja   curso que resume la entrada de España en un nuevo orden

 se sostendrían en el orden simbólico mientras las condicio-  económico global a través de un lenguaje que no presenta

 nes económicas en las que el pacto social se consolida no se   ningún tipo de opacidad:

 vean interrumpidas, momento en el que retornarían al len-

 guaje y a la crítica estética de la política a través de los sím-  En 1992 van a coincidir en el Estado Español una se-

 bolos de aquella abundancia en la cultura efímera en las ca-  rie de celebraciones y efemérides (Expo, Olimpiadas y


 lles. Cientos de sobres y billetes falsos han circulado en las   Capitalidad Cultural) que, contempladas globalmente,

 convocatorias ciudadanas de protesta contra la corrupción   van a convertimos en el escaparate mundial del nuevo
                            modelo del capitalismo avanzado, que se presenta como
 para representar aquel dinero que sostenía todo un mode-  única vía para el progreso de la humanidad. Todo este

 lo económico y social y que necesita ser replicado material-  espectáculo que prepara el Poder inaugura también la

 mente cuando ya no es más que la borradura de ese mismo   construcción emblemática del capitalismo: el Mercado

 capital, la marca de su ausencia.  Único Europeo. (Desenmascaremos el 92)

 En los años anteriores al ‘92, se encuentran muestras de


 cultura popular efímera en las que Cobi también se dis-  Esta austeridad en el lenguaje contrasta con la riqueza

 frazó, sacando sus ropas del baúl de la violencia de estado   de la economía simbólica que podemos encontrar en las

 de la socialdemocracia, para aparecer, por ejemplo, como   poéticas de los movimientos sociales actuales, en las que se

 “Cobi-Corcuera”, nombre del ministro promotor de una   produce un despliegue retórico de cultura efímera que des-

 ley de seguridad ciudadana que permitía el acceso a domi-  monta las poéticas del marketing: “Campeones de la co-

 cilios privados por parte de la policía o la posibilidad de   rrupción y el saqueo”, “Madrid, olímpicamente franquis-

 ser retenido sin presencia de un abogado. Salvo este ejem-  ta”, “500 millones de euros recortados en Sanidad irán a la

 plo, el resto de acciones de protesta cívica que pueden do-  candidatura olímpica. Esta es la Marca España”. La paro-

 cumentarse en esos años partirán de una noción luckasiana   dia se despliega también en intervenciones sobre las imáge-


 de ideología como “falsa conciencia”. El nombre de uno de   nes de promoción institucional, las cuales se convierten en

 los colectivos más activos en aquel momento, “Desenmas-  detournements (desviaciones) que parten del mundo al re-

 caremos el 92”, hace explícito su procedimiento de desvelar   vés carnavalesco. En el espacio público y virtual surge una

 la alienación ciudadana con el objetivo de lograr una plena   polifonía de voces en cuyas palabras e imágenes resuena el

 “autoconciencia”. En algunas de sus acciones “contra-fas-  análisis de Bajtin sobre los cronotopos de la sátira meni-

 tuales” de los eventos de ese año, como el contra-desem-  pea, en los que: “el Olimpo parece transformarse en plaza

 barco simbólico a los pies de la Torre del Oro y la posterior   del carnaval” (328). Las plazas públicas físicas y virtuales


 ocupación de la Catedral de Sevilla, los participantes no   se convierten en un locus de inversión privilegiado en el que






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 Revist a   de   alces   XXI                                  Número  3 , 2016-2017
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