Page 102 - Revista3
P. 102
ralidad presente en los procesos de ocupación de los movi- para mostrar la urgencia de Cobri, estatua efímera de la pla-
mientos sociales desde 2011, las luchas de los movimien- za, cuyas horas, como las de los desahuciados, están conta-
tos anti-desahucios recuperan, desde la inclusividad de un das. El mundo se queda quieto en la Plaza para reivindicar
grueso de la población que se vio empujado a acceder a la la sostenibilidad de los bienes y recursos comunes, desde
vivienda a través de endeudamiento, el imaginario de una una posición insostenible de los cuerpos en alianza que re-
lucha de clases más presente que nunca, que enfrentaría en configuran lo público y el espacio de la política.
el escenario de la crisis del ladrillo a unas “clases medias y
populares” (Colau y Alemany 170) situadas abruptamente
en una posición de alto riesgo biopolítico, frente a las élites Grupo 7. Cine policiaco y memoria de la ciudad invisible
propietarias.
Un solo cuerpo expuesto a la vulnerabilidad, colgado en Barcelona y Sevilla, ciudades protagonistas del ‘92, han te-
el vacío como una metáfora de las vidas al límite de los des- nido un importante protagonismo en el cine español de las
ahuciados, que invierte desde las alturas de la plaza la in- últimas décadas. Mari Paz Balibrea, quien ha realizado re-
16
visibilidad pública del lugar de aparición al que es conde- levantes aportaciones desde los estudios culturales sobre las
implicaciones del “modelo” y de la “marca” Barcelona como
nado por la organización espacial de los poderes públicos y objeto de consumo audiovisual, advertía en 2005 de los ries-
financieros, produce una irrupción simbólica que detiene gos de un cine “cómplice de una visualización estetizante de
la aceleración de la llegada de nuevos flujos de capital ante la ciudad” (“Barcelona” 1), señalando además la posible efi-
la posible nueva burbuja de 2020. El tiempo se detiene cacia del cine como agente ideológico que puede contribuir
17
18
a una labor de descodificación y crítica de la imagen de la
16 En la imaginería carnavalesca, el uso de elevadores o columpios está
relacionado con los ritos de ascensión a un espacio mítico-mágico aso- en 2013: “The very practice of stasis creates both a space of reflection
ciado con la renovación de ciclos vitales (Caro Baroja). En este caso asis- and a space for revolt, but also an affective comportment of standing
timos a la muerte de un ciclo económico vinculado a una política insti- and standpoint. It is such a corporeal and affective disposition of stasis
tucional que pretende continuarlo con la celebración de nuevos eventos. that derails, if only temporarily, normative presuppositions about what
17 “A way to put the body on the line in its insistence, obduracy and pre- may come into being as publicly intelligible and sensible in existing pol-
carity, overcoming the distinction between public and private for the ities” (La práctica misma de la inmovilidad crea a la vez un espacio de
time of revolution” (“Una manera de exponer el cuerpo en su insisten- reflexión y un espacio para la revuelta, pero también una manera afec-
cia, obstinación y precariedad, superando la distinción entre lo público tiva de colocarse y posicionarse. Es tal la disposición corporal y afectiva
y privado en el momento de la revolución”; Butler “Bodies”). de lo inmóvil, que descarrila , aunque sólo sea temporalmente, las pre-
suposiciones normativas acerca de lo que puede llegar a existir como in-
18 En este sentido, la práctica estática como forma de protesta pasiva teligible y perceptible públicamente en las políticas existentes”; Athena-
tuvo un gran impacto en los procesos cívicos de resistencia en Gezi Park siou y Butler 150-1).
102 103
Revist a de alces XXI Número 3 , 2016-2017