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tán en permanente amenaza, en peligro de exclusión, derri-  cos advirtieron los costes de un proyecto modernizador cu-

 bo e incluso muerte. Así lo ponen de manifiesto algunos de   yas consecuencias iban a ser devastadoras. Como describía

 los carteles contra los desahucios, que muestran el dibujo   Rafael Sánchez Ferlosio en la temprana fecha de 1986:

 de la silueta de un ciudadano ahorcado sobre los lemas: “Mi

 vida, su negocio”, “Acude a parar este crimen” o “Madrid   Las celebraciones del V Centenario son una “operación

 2020 derriba vidas”. Este sujeto imaginado se transforma-  de marketing de Estado” para aumentar las ventas “de la

 rá en la Puerta del Sol en un ciudadano colgado en el va-  marca España”, que “bien puede no tener nada que ver


 cío como agente activo que trata de paralizar los desalojos.   con la cotidianeidad particular de la vida de los españo-
                            les” […] [Felipe González] corre a Sevilla, a la desespe-
 Se trata de la escenificación de la exposición a una sociedad   rada, y clama: “Tenemos que demostrar al mundo que

 de riesgo global (Beck), que irrumpe en el espacio público a   esto puede funcionar”. Palabras reveladoras: no se trata-

 través de una acción que se convierte en sí misma en una   ba de instruir ni de ilustrar a nadie, sino tan sólo de de-

 imagen que se transformaría, en palabras de Benjamin, en   mostrar a los demás que se era capaz de alguna cosa, sin

 un ámbito corporal en el que “cuerpo e imagen se interpe-  que importase para nada el qué (Egurbide).

 netran tan hondamente, que toda tensión revolucionaria se


 hace excitación corporal colectiva y todas las excitaciones   A partir de la visibilidad retrospectiva de la exclusión so-

 corporales de lo colectivo se hacen descarga revolucionaria”   cial y de la violencia de estado, se puede intervenir imagina-

 (Iluminaciones 60).  riamente en una escena del pasado que se convierte, desde la

 En Grupo 7, los toxicómanos y traficantes de droga del   experiencia biopolítica de la temporalidad de una crisis que

 casco histórico sevillano, expulsados de sus casas en los pro-  concibe las vidas de los otros como vidas intercambiables

 cesos de gentrificación, así como los vecinos de la barriada   en la precariedad (Labrador “Las vidas”), en un lugar desde

 de las Tres Mil Viviendas, uno de los principales exponentes   el que re-imaginar en el presente la posibilidad de una co-

 del chabolismo vertical en España, se revelan como ejem-  munidad nacional construida, no sobre la base de una mo-

 plos de las vidas precarias de un pasado que imaginó en el   dernización permanente que intenta demostrar a toda costa


 año 1987 un modelo de ciudad  y de nación en el que po-  “que se era capaz de alguna cosa” (Sánchez Ferlosio), sino
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 vidas” 570) del trabajo que Germán Labrador Méndez realiza sobre la   que ofrece el entorno son buenos puntos de partida para Cartuja’93.
 crisis española a partir del análisis de Judith Butler en Vida precaria.  Un proyecto capaz de continuar la tarea realizada y estimular el desarro-
         llo, para situar a esta comunidad entre las regiones prósperas de Euro-

 9  El discurso del presidente del Gobierno, Felipe González, en la inaugu-  pa” (González). La creencia en el plusvalor futuro de la ciudad provocó
 ración de la Exposición Universal de Sevilla proporciona las claves para   además “un endeudamiento que en el año 2000 ascendía a aproximada-
 la comprensión del evento como una “inversión” en un futuro: “Las in-  mente 1.000 millones de euros, generándose sobrecostes en el intento

 fraestructuras realizadas; el potencial de crecimiento y la calidad de vida   de gestión posterior” (Basurama).





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 Revist a   de   alces   XXI                                  Número  3 , 2016-2017
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