Page 419 - Revista3
P. 419

ción Pasqual fue partícipe. También analiza montajes de La   car la obra a espacios públicos. La excentricidad de La Cu-

 vida del Rey Eduardo II de Inglaterra en 1978 y Le Balcon de   bana continúa con un análisis del montaje de La tempestad

 1980. Saltando cronológicamente, Delgado luego conside-  en 1986, Cómeme el coco, negro de 1989, Cuban Marathon

 ra el montaje de El jardín de los cerezos de 2000 como despe-  Dancing (1992, año de los Juegos Olímpicos en Barcelo-

 dida del Lliure. Al examinar la etapa de Pasqual como direc-  na), Cegada de amor (1994), Equipaje para el 2000. Más de-

 tor artístico en el Centro Dramático Nacional (1983-89),   prisa, más deprisa (1999), y finalmente Una noche de ópera

 Delgado demuestra que las preferencias de Pasqual duran-  (2001). A este análisis, Delgado añade consideración de las


 te ese periodo giran hacia obras difíciles de montar, como   dos obras más recientes de la compañía, Mamá, quiero ser

 Luces de bohemia, y en particular algunas obras menos co-  famoso de 2003 y Campanadas de boda (2012).

 nocidas de Lorca (El público y Comedia sin título). Al final   ‹‹Otro›› teatro español ofrece una amplia selección de fo-

 del capítulo, Delgado aborda un material posterior a su li-  tos, algunas de estas diferentes de las que aparecen en la

 bro de 2003 e incluye un análisis del montaje de La casa de   monografía original, y de diferente tamaño y color. Los ca-

 Bernarda Alba de 2009, obra en la que Espert hizo el papel   pítulos siguen una organización particular: Delgado selec-

 de Bernarda. Si al principio resulta difícil comprender la in-  ciona un buen número de obras y montajes, los coloca his-


 clusión de Pasqual en la categoría del “otro” teatro debido   tóricamente y ofrece un poco de resumen. A continuación

 a su estatus privilegiado, Delgado arguye que la tendencia   analiza los montajes, enfatizando colaboraciones con los di-

 de Pasqual hacia la colaboración es lo que lo coloca como   rectores, los actores y en particular los diseñadores de esce-

 “otro” frente al mito del autor/director solitario. También   nario y de vestuario. Para las obras más antiguas, su análisis

 dedica espacio considerable a su colaboración con el esce-  se basa en entrevistas publicadas, memorias y biografías de

 nógrafo Fabià Puigserver.   las personas involucradas. Para algunas de las obras a partir

 El último capítulo de ‹‹Otro››teatro español se dedica a la   de los 1980 y 1990, las descripciones parecen venir de la ex-

 compañía teatral catalana La Cubana, fundada en 1980.   periencia propia de Delgado. Luego, Delgado analiza la re-

 Delgado plantea la importancia de este grupo en la histo-  cepción de cada obra en la prensa nacional e internacional.


 ria del teatro español posfranquista desde su nacimiento en   Para los críticos que buscan información sobre obras especí-

 el movimiento alternativo llamado teatro independiente de   ficas, ‹‹Otro›› teatro español incluye un índice de obras, ade-

 los años 1970 hasta su estatus actual como grupo de larga   más de un índice onomástico y conceptual. Por el detalle,

 vida y gran alcance comercial. En ‘Other’ Spanish Theatres   tal vez excesivo, creo que esta obra será útil sobre todo para

 Delgado analiza las producciones tempranas de La Cuba-  especialistas en teatro contemporáneo español, latinoame-

 na Delikatessen (1983) y Cubanades a la carta (1988), obras   ricano y europeo. Tal vez este grado de especialización sea

 experimentales y hechas a base de viñetas cuyo objetivo es   una lástima, ya que la reivindicación que hace Delgado de


 borrar las líneas tradicionales entre público y reparto y sa-  las figuras marginalizadas en el teatro español de los siglos






 418                                                                                                          419
 Revist a   de   alces   XXI                                  Número  3 , 2016-2017
   414   415   416   417   418   419   420   421   422   423   424