Page 414 - Revista3
P. 414
el teatro español del exilio, pero también incluye a figuras ca en exilio y como objeto de escándalo por ser mujer y de-
como Rambal que encontraron éxito dentro de las restric- fender el sensualismo propio de la mujer. Luego, la autora
ciones de la censura franquista. examina algunos de sus montajes más importantes, como
La introducción es amplia y explica la tesis de Delgado Salomé de 1910 en España y sus montajes en Latinoaméri-
de “delinea[r] una lectura alternativa del teatro español a lo ca. Finalmente, Delgado explica los esfuerzos pedagógicos
largo del siglo XX y que continúa hasta el siglo XXI” (35). de Xirgu en Latinoamérica también.
Esta lectura alternativa intenta descolocar la autoridad del La sección sobre Xirgu y Lorca será de interés particular
texto escrito y de la personalidad del dramaturgo en los es- para críticos del dramaturgo granadino. Delgado destruye el
tudios teatrales, recordándonos que el teatro es más que un mito popular de que Xirgu era para Lorca una simple musa
texto; es un producto cultural vivo al que contribuye un sin- y demuestra eficazmente no solo la influencia de Lorca en
fín de colaboradores, incluyendo a autores, directores, ac- Xirgu, sino la profunda influencia de Xirgu en Lorca. Ex-
tores, promotores, empresarios y diseñadores. Para los que plica que Lorca escribió algunos de sus papeles más impor-
trabajan en el campo de la crítica literaria teatral, esta lec- tantes con Xirgu en mente, pero también explica que Lorca
ción es necesaria dado que muchas veces lo que tenemos cambió algunos de sus dramas después de presenciar los en-
disponible es solo el texto, o sea, solo la base de la que nace sayos. También arguye que Xirgu es, al menos parcialmente,
el montaje. En el caso de Xirgu, Casares y Espert, la lectura responsable por la fama y mitificación de Lorca, al promo-
alternativa de Delgado llega a ser una reivindicación femi- ver sus obras en Latinoamérica. Delgado analiza la partici-
nista de la contribución de estas mujeres como actrices, em- pación de Xirgu en montajes específicos de Yerma, Doña
presarias, jefas de compañías y directoras al teatro español. Rosita la soltera y La casa de Bernarda Alba.
El capítulo sobre Margarita Xirgu empieza con una cita El segundo capítulo se trata no de un republicano exilia-
de la actriz-empresaria que reconoce el estatus precario del do sino de un actor, escritor y director que trabajó y encon-
actor cuya contribución a la obra de teatro parece borrar- tró éxito dentro de los confines del franquismo. A pesar de
se con el tiempo mientras que el texto y la fama del drama- esto, el capítulo sobre Enrique Rambal también es una rei-
turgo sobreviven. Este capítulo revindica a Xirgu y mues- vindicación de una persona que, mientras gozó enorme po-
tra que, aunque nunca alcanzó la fama internacional fuera pularidad dentro de su época e influyó a directores poste-
del mundo hispanohablante, ella renovó el teatro en lengua riores como a Carlos Saura, ha sido marginalizada y borrada
española de su época, no solo por su actuación sino tam- de la historia del teatro en España. Delgado arguye que la
bién por su estatus de empresaria y promotora de teatro. razón de esta marginalización es doble: primero los textos
Delgado reconoce el estatus político de Xirgu, como catala- que quedan de Rambal son parciales y hechos con colabo-
na que trabajó principalmente en castellano, como exiliada radores. El guion para Rambal siempre fue un simple pun-
del franquismo que llegó a simbolizar la Segunda Repúbli- to de partida. La segunda razón radica en las preferencias de
414 415
Revist a de alces XXI Número 3 , 2016-2017