Page 361 - Revista1
P. 361

2012 con tal acto se hacía explícito que el fútbol iba a ope-  te a campeona y la gloriosa “armada roja” en la “hora del

 rar como el telón de fondo fantástico de la representación   triunfo”, se puede verificar la transformación estructural del

 pública del traspaso oficial de la restante soberanía econó-  mundo del fútbol español, donde entidades nacionales se

 mica nacional al capital global.   han convertido en marcas globales (Llopis Goig).

 Telón  de  fondo  fantástico,  sí,  pero  fundamentalmen-  La globalización del fútbol español se produjo, así, al mis-

 te quijotesco. A comienzos de milenio el fútbol mantenía   mo tiempo que creció la “burbuja del ladrillo”. Por ello no

 una correlación excesiva con las fantasías con las que el país   sorprende saber que se financió merced al endeudamiento


 se imaginaba. Los éxitos de la selección nacional, después   de los clubes, con frecuente aval público, y gracias a su con-

 de décadas mediocres, se interpretaron en clave económi-  nivencia con proyectos especulativos e inmobiliarios, en un

 ca, como el reconocimiento simbólico de la pujanza empre-  cruce continuo de intereses políticos y económicos (Mén-

 sarial y geopolítica de una “marca España” que, en el año   dez “El fútbol, otra burbuja pinchada”). Si el número de ae-

 2008, todavía se autoimaginaba como la del “milagro espa-  ropuertos o de kilómetros de autovías es, en España, muy

 ñol” (EFE 2011). Si, históricamente, la pobreza de los re-  superior al de otras naciones de su entorno (Alegría), otro

 sultados obtenidos por la selección nacional se veía como   tanto puede decirse de la desproporción de las dimensiones


 síntoma de una normalización pendiente, derivada, de la   del sistema económico del fútbol español, a propósito de su

 imposibilidad de una identificación nacional uniforme, des-  inmensa presencia mediática, y de su deuda, características

 de 2008, al ritmo que crecían las victorias de la furia roja,   todas que refuerzan la estructura excesiva de la correlación

 comenzaba a celebrarse más bien lo contrario, la capacidad   que el fútbol mantiene respecto de la realidad nacional que

 de la selección de encarnar el mejor espíritu de la nación.   simboliza y conforma. “La deuda del fútbol español no sólo

 El equipo, desde entonces, ofrecería una imagen modéli-  es económica, sino moral” (Iríbar). Así pues, espejo de Espa-

 ca de lo que podría ser la comunidad nacional, a veces una   ña, sí, pero espejo deformante, black mirror, en el que una

 traducción directa de los valores populares que aún atesora   sociedad pesimista y desmoralizada siempre podrá redescu-

 la España mesocrática (“el tarro de las esencias se destapó”,   brirse capaz de singulares proezas al activar valores de coo-


 “somos gente de la calle, gente normal” dijo el guardame-  peración, esfuerzo, trabajo y sacrificio, valores que, además,

 ta Casilla, cit. en Martínez), en otras ocasiones, más bien   puntualmente coinciden con el lenguaje moral con el que

 una especie de vanguardia inspiradora, capaz de anticipar   se profetiza la salida de la crisis. 5

 al “hombre nuevo” de la España de la globalización. Entre

 los tiempos de esas dos selecciones, entre la eterna aspiran-  5  En una nota de La crónica el 10 de mayo de 2012, se condensan de


         modo superlativo los elementos característicos de la lógica cultural re-
         cién descrita: la confluencia de los intereses de las multinacionales espa-
 lores que influyen en todos los aspectos de la vida.[...] Volver a ese es-  ñolas, su capacidad de proponer una “lectura de la crisis” a través del len-

 fuerzo, sacrificio y trabajo es muy importante” (cit. en Mateo).  guaje del marketing en sintonía con el discurso de los representantes de





 360                                                                                                          361
 Revist a   de   alces   XXI                                              Número  1 , 2013
   356   357   358   359   360   361   362   363   364   365   366