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El corazón monetario del mundo español de los 2000   a lo largo de los años del boom del ladrillo, sino de su pues-

 está atado por densidad de lazos sanguíneos con esos equi-  ta en narración a partir de 2008 en los medios. El imagina-

 pos de ensueño, de futbolistas prodigiosos y juego visio-  rio de la crisis en la primavera de 2013 ofrece ya un impor-

 nario, que cristalizan mitopoéticamente en una selección   tante grado de cohesión, un paisaje definido, pero durante

 de fútbol versátil y sofisticada, de jugadores con gran con-  mucho tiempo se ha expresado como algo más bien difu-

 ciencia de su imagen, amplia cultura mediática, y un aura   so: su concreción puede analizarse a través de dos procesos.

 biopolítica que entremezcla perfil chico de barrio, cuerpo   En primer lugar, a propósito de la experiencia humana de


 de videojuego e icono cosmopolita. Y sin embargo, mien-  la crisis, la cristalización de un imaginario de la escasez y la

 tras la estructura del mundo de los años 2000, mundo que   pobreza ha sido muy lenta en los medios hegemónicos, aun

 vio nacer equipos y jugadores como estos, se disolvía en el   cuando las experiencias prototípicas que hoy definen las vi-

 aire progresivamente acelerado de la crisis económica, en   das subprime (súbita depauperización, desahucios, búsqueda

 junio de 2012, todavía quedaba la selección nacional intac-  de comida en la basura, indigencia, etc.) aumentasen dra-

 ta, como un enigma, como una máquina de ensoñaciones   máticamente durante los mismos años de esplendor de la

 póstumas, o como un pollo que corre sin cabeza...    burbuja inmobiliaria. Sólo cuando los relatos de esas expe-
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 En la experiencia estética del Spanish Crash (Mason), re-  riencias de miserización comenzaron a circular intensamen-

 sulta llamativa la lentitud con la que se ha ido relacionando   te en el entorno discursivo del 15-M, y a tener una audiencia

 el actual ciclo económico con un imaginario de la escasez y   fuera de él, la crisis ha adquirido rostro humano (Labrador

 la pobreza, lo que no depende de la existencia de indicado-  Méndez 2012). Finalmente, en la medida en que las clases

 res objetivos del crecimiento de esas condiciones, presentes   medias del país han comenzado concebirse como candida-

         tas posibles a esa misma pobreza, se ha animado una circu-

         lación masiva de las representaciones de las vidas en crisis,

 6  En una inteligente crítica a estos argumentos, Pereira sugiere que es   desde la televisión al cine, de los noticiarios a secciones fijas

 la condición sobrepagada de estos jugadores, como metáfora de un mo-  de periódicos como El País o El Mundo, a las series de tele-
 delo de negocio perfectamente adaptado a la economía financiera (no
 en vano esos jugadores serían hoy adquiridos por fondos de inversión),   visión o los realities. A la hora de entender la lentitud con la

 la que explicaría infraestructuralmente la capacidad del fútbol español   que ha ido emergiendo ese imaginario, cabe referir que si-

 de seguir funcionando en sus propios términos más allá del colapso de   tuaciones de pauperización, como las narradas en un tem-
 la cultura que lo configura, como una esfera progresivamente autóno-  prano cortometraje de Coixet (“La insoportable levedad del
 ma del sustrato nacional y dependiente de flujos globales de dinero. Ello

 simplemente traslada mi argumento a otro plano: habría que explicar   carrito de la compra”), han sido invisibilizadas durante lar-

 todavía cómo y por qué, entonces, el fútbol consigue seguir representan-  gos años en una nación, España, cuya imaginación demo-
 do fantasías colectivas de carácter nacional con tal grado de penetración   crática se basa(ba) en dos ideas centrales interconectadas:
 cuando ya no responde, en su funcionamiento como sector económico,   ser un país cohesionado de clase media urbana (Sánchez

 a las determinaciones de esa comunidad.





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