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Como en un juego de augurios, a principios de junio de   En un texto a propósito de esta Eurocopa, el escritor Juan

 2012, mientras se resolvía la truculenta secuencia del resca-  Villoro analizaba el deporte como “versión incruenta de la

 te, negado y afirmado varias veces, se buscaban los signos   guerra y refutación simbólica de la economía”. En la Espa-

 interpretativos de los destinos nacionales en la fortuna de   ña de la crisis, y, en general, en todo el sur de Europa, tales

 la selección en su paso por la Eurocopa. De ese modo, más   intersecciones parecen hacerse aún más complicadas, pues

 allá de los intentos de ofrecer espectáculo en vez de crisis,   hoy es la economía la que quiere presentarse como una ver-

 se nos anunciaba la posibilidad de entender la crisis a tra-  sión incruenta de la guerra, y, la economía será también la en-


 vés del espectáculo. Lo que habría de comenzar como una   cargada de ejercer la refutación simbólica del fútbol.

 analogía (así en la realidad como en el fútbol), a lo largo de   Si nada representa mejor la configuración económica y

 las semanas de competición acabará sucediendo como una   simbólica de los años del boom español que la organización

 fábula (en el fútbol puede suceder aquello que en la realidad es   del fútbol como esfera, quizá sólo esa complejidad puede, a

 negado) nos fue negado. En ese proceso, tienen lugar una se-  su vez, generar un juego milagroso, de una belleza y poesía

 rie de modulaciones precisas, en las que se interrelaciona la   excepcionales, como los de la selección nacional o el F.C.

 emergencia pública de formas críticas (esto es, de signos de   Barcelona. Habría poco pan, pero el circo era espectacular: el


 la entrada histórica del país en una temporalidad de crisis)   fútbol expresó, acelerando, la estructura rectora de la eco-

 con la crítica del fútbol (es decir, con la necesidad de inter-  nomía, y de la arquitectura milagrosa de la nación (Moix).

 pretar discursivamente qué es lo que está pasando en el juego   La ascensión del Real Madrid como empresa en su era ga-

 pues, el fútbol, sin esa tarea de crítica e interpretación co-  láctica” sería su perfecta metonimia (Molinas): la recalifica-

 munitaria, sería opaco, mudo, sin sentido: Labrador Mén-  ción de los terrenos de su Ciudad Deportiva permitieron,

 dez 2007). Mediante estas modulaciones se negocia un sen-  en 2004, la construcción de los rascacielos del Cuatro To-

 tido moral para los efectos del rescate (y de la crisis) sobre la   rres Business Area, skyline de la capital neoliberal, en cuya

 sociedad española.   urdimbre se cruzaron bancos y fondos de inversión, agen-

         tes políticos y arquitectos estrella, tramas corruptas y agen-


         cias inmobiliarias. En la figura del presidente del Real Ma-

 las instituciones políticas, la conceptualización de la selección española   drid, Florentino Pérez, confluye el poder político, el mundo

 como una imagen modélica y avanzada de la sociedad española que po-  del fútbol, del marketing, de las televisiones, de las grandes
 see, además, la capacidad de inspirarla y finalmente el culto a valores la-  empresas de infraestructuras, de las inmobiliarias y, por su-
 borales neoliberales (energía, esfuerzo, unidad...): “La energía de la Roja

 es el nombre de una exposición itinerante organizada por Iberdrola [...]   puesto, las cifras desorbitadas de deuda (que habrá de ser

 y que ensalza los valores de la selección española de fútbol. [...][Ayunta-  socializada). Se reencuentran así un conjunto de factores
 miento e Iberdrola] apelaron al esfuerzo y a la unidad para lograr objeti-  cuya combinación particulariza la actual crisis y que hacen
 vos como superar la crisis y destacaron que esos mismos valores llevaron   de Florentino Pérez su perfecto representante (Thomas).

 a la selección a un objetivo que nunca se había logrado” (La Crónica).





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 Revist a   de   alces   XXI                                              Número  1 , 2013
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