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¿Será útil vivir si no se es provechoso para el provecho? Quizá
aquí asome la sombra, el anuncio o la huella de un crimen. No
es poca cosa, toda una ‘población’ (en el sentido refinado que le
dan los sociólogos) conducida subrepticiamente y por una so-
ciedad lúcida, sofisticada, a las extremidades del vértigo, de la
fragilidad: a las fronteras de la muerte, y a veces más allá.
Es más, no sólo se multiplican en nuestros dibujos los cuer-
pos segmentados, dislocados o ahogados sino que el capi-
talismo, carroña en vez de Fénix, se nutre de las propias ce-
nizas de los interlocutores invisibles con los que el lector se
identifica, por el uso de la segunda persona del plural de
uno de los magnates, en una división como casi siempre
maniquea de la sociedad representada: “No os preocupéis,
el sistema capitalista renacerá de vuestras cenizas” (El Roto
75).
Por fin, en una columna reciente, “Liberalismo o barba-
Fig. 11 El Roto, 47 rie”, Jesús Ferrero coteja los textos de los fundadores históri-
Como vemos, Mora y el Roto llaman indirectamente cri- cos del libre mercado para mostrar que las interpretaciones
minales a los defensores del funcionamiento de la organi- desbocadas actuales no respetan algunos de sus principios.
zación económica de nuestras sociedades, tal como lo hacía El Roto, a su vez, deja pensar que más allá de lo que po-
por ejemplo Viviane Forrester en su ensayo L’horreur écono- dría ser una adhesión o un rechazo a los fundamentos del
mique publicado antes de la última crisis (1996). Escribía capitalismo, lo que los intérpretes de la desregulación y los
Forrester a propósito de un sistema que crea estructural- adoradores de la Bolsa han hecho del sistema capitalista lo
mente parados para reducirlos a la categoría de parias a los conduce a una especie de autodestrucción, como constata
que la sociedad exige el trabajo que les niega: un ejecutivo desalojado de su despacho: “Temíamos que los
comunistas destruyesen el capitalismo, y resulta que al final
[…] est-il utile de vivre si l’on n’est pas profitable au profit? lo están haciendo los brokers” (El Roto 24).
Ici perce peut-être l’ombre, l’annonce ou la trace d’un crime. Ce
n’est pas rien, toute une “population” (dans le sens goûté des so-
ciologues) conduite en douce et par une société lucide, sophisti-
quée, aux extrémités du vertige, de la fragilité: aux frontières de
la mort, et au-delà parfois. (Forrester 19)
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Revist a de alces XXI Número 1 , 2013