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sobre la naturaleza ficticia de toda representación o bien pa-  conflicto entre el universalismo tendencial de la dinámica

 rodiando subversivamente la representación cultural corte-  cultural cortesana y el particularismo legal de la estructura

 sana. La utilización de estos medios a lo largo de toda la pri-  estamental del antiguo régimen. El resultado fue un univer-

 mera modernidad (siglos XV a XVIII, ambos incluidos) fue   salismo emancipatorio que pudo ser asumido por fuerzas

 constante y, de hecho, el origen del pensamiento ilustrado   más democráticas y revolucionarias (Meiksins Wood Origin

 se encuentra en esta tradición crítica que empieza su anda-  106-111).

 dura en el siglo XV.  Sin embargo, como he intentado mostrar a lo largo de


 La Ilustración surge, pues, de las condiciones creadas por   este trabajo, las condiciones del antiguo régimen son muy

 el solapamiento de las esferas política, económica y cultu-  distintas de las actuales. En la sociedad capitalista, la cultura

 ral bajo el absolutismo. Dado este contexto, tuvo especial   es tendencialmente heterónoma respecto del mercado y au-

 relevancia la pretensión de la aristocracia y los intelectua-  tónoma respecto de la política, por lo que habrá que replan-

 les a su servicio de presentarse como una meritocracia me-  tearse sin ilusiones qué debemos entender por una cultura

 diante la apelación a estándares ético-estéticos válidos para   comprometida, por una cultura política. El primer paso es

 todo tiempo y lugar, pues creó un ambiente idóneo para los   denunciar la inercia injustificada de una concepción de la


 acontecimientos que culminaron en la Revolución France-  cultura que se imagina a sí misma en todo tiempo y lugar

 sa. En este sentido, hay que tomar conciencia, como Meik-  como una intervención política. Recordemos el ejemplo de

 sins Wood ha sugerido, sobre la esencia no capitalista —a di-  Cebrián y su periodismo contestatario del “poder,” o la inter-

 ferencia de pre-capitalista— del movimiento ilustrado. Los   pretación de la Transición por Guillem Martínez en térmi-

 agentes burgueses que participaron en él y, posteriormente,   nos de una renuncia de la cultura a cumplir el papel sagrado

 en la Revolución Francesa, fueron por la mayor parte pro-  de su lucha contra el “Estado, el único gestor de la estabili-

 fesionales, funcionarios e intelectuales. Y su enfrentamiento   dad y de la desestabilidad desde 1978” (15-16). El segundo


 con la aristocracia no tuvo por objetivo liberar al capitalis-  paso debe ser tomar conciencia de que las alternativas a esta

 mo de las garras del feudalismo, sino contrarrestar el parti-  concepción de la cultura son pocas y complicadas, pues el

 cularismo aristocrático y sus privilegios con una apelación   proceso histórico bajo el capitalismo se caracteriza por un

 al universalismo surgido en el contexto cultural de la cor-  vaciamiento paulatino de la política y un sobredimensiona-

 te. Se explica, por tanto, que la Revolución Francesa inten-  miento de la cultura como circulación mediática. Por ello,


 tara completar el proyecto centralizador del absolutismo y   los recursos que estaban disponibles durante el antiguo ré-

 que asumiera como suyos principios que tuvieron su origen   gimen a la hora de intervenir culturalmente no pueden te-

 en la construcción del estado absolutista —caso de la preo-  ner la misma efectividad. La recirculación y recombinación

 cupación por el diseño racional y la estandarización—. En   constante de los significantes impiden que la denuncia de la

 definitiva, la clave del proyecto ilustrado se encuentra en el   naturaleza ficticia de las representaciones tenga algún efec-






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 Revist a   de   alces   XXI                                              Número  1 , 2013
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