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nidad cortesana del resto del cuerpo social. Se puede decir,   castellana —a lo largo del siglo XV—, la llamada poesía de

 por tanto, que la cultura —literatura y arte— fue un im-  cancionero promueve a través de su forma y contenido ras-

 portantísimo vehículo en la secularización y adopción de la   gos como el descentramiento o desdoblamiento mental, el

 relación clérigos-simples legada por la institución eclesiás-  desajuste entre interioridad y exterioridad —pasividad físi-

 tica.   ca combinada con hiperactividad mental— y un programa


 Ruptura de la cultura común de base cristiana. La cultura li-  emocional centrado en la melancolía y el deseo contenido

 teraria que se produjo, distribuyó y consumió masivamen-  —es decir, exacerbación y represión simultánea del deseo

 te en Castilla desde finales del siglo XIV en adelante enfati-  sexual y otras pasiones—. En ocasiones se ha sugerido que

 za una serie de recursos estilísticos y formales que tuvieron   esta estructura de la personalidad se puede describir como

 como meta separar la lengua aristocrática de la del pueblo   una interiorización de los valores del guerrero medieval, lo

 común. Podemos hablar, por tanto, de la aparición de dos   que hubiera permitido pasar desde una personalidad que

 circuitos de circulación cultural delimitados, el aristocráti-  podríamos caracterizar en términos de ‘mucho movimiento

 co y el popular. Cada uno de estos circuitos se apoya pre-  y poco pensamiento’ a otra caracterizada por ‘mucho pen-

 ferentemente en alguno de los medios de comunicación de   samiento y poco movimiento.’ Es, sin duda, una descrip-


 la época. Así, la cultura cortesana descansa sobre todo en la   ción pedagógica que facilita imaginar la transformación de

 transmisión manuscrita de persona a persona y, una vez de-  la nobleza guerrera en una nobleza cortesana. Entre estos

 sarrollada la infraestructura de la impresión, mediante una   rasgos hay que acentuar el del descentramiento, ya que po-

 combinación de transmisión manuscrita e impresa. Por su   sibilita la inclusión del yo en una colectividad que lo tras-

 parte, la cultura popular quedará definitivamente constitui-  ciende y a la que queda supeditado —asunto clave para el

 da con el desarrollo del teatro público. Como se puede su-  fenómeno posterior del misticismo, y que explica el interés

 poner, con la noción de cultura popular no estoy hablan-  de los poetas de esta tendencia en la poesía de amor cortesa-


 do de ‘cultura espontánea del pueblo,’ sino de una cultura   na—. En términos de mecánica política, el desdoblamien-

 controlada desde el gusto cortesano que, mediante la in-  to mental promueve el desplazamiento imaginario del yo

 corporación de motivos populares, se utiliza para connotar   desde su sede corporal a un centro virtual, alejado en el es-

 ‘pueblo.’ El desarrollo del circuito popular facilitó la incor-  pacio, que se asocia metonímicamente con la figura del rey.

 poración ideológica de la generalidad de la población en el   Este descentramiento se hace posible al colocar el objeto del

 proyecto absolutista.  deseo —una doncella de la alta nobleza o una infanta— en

 Formación de nuevas subjetividades. La literatura cortesa-  las inmediaciones del rey —en la corte real—, y se presenta


 na será instrumento esencial en el desarrollo de la nueva es-  en términos de un ideal universal de la comunidad median-

 tructura de la personalidad del cortesano a que me referí   te la identificación de estética con ética, de belleza con bon-

 más arriba. En la fase clave de constitución de la corte real   dad. Hay otros muchos aspectos de interés que no podemos






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 Revist a   de   alces   XXI                                              Número  1 , 2013
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