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constituyen un tercio de la producción). Sin embargo, en el ral, sino que es resultado de procesos históricos y sociales—,
caso de España se produce un fenómeno diferente. Como la traducción es más que un mecanismo de importación de
hemos visto antes (figuras 36), la presencia de la traducción textos de otras literaturas. La obra traducida puede llegar a
es mayor en la literatura en castellano que en las otras: la lite convertirse en un factor de desplazamiento de la obra origi
ratura traducida representa el 37% de la producida en caste nal en la literatura autóctona: al estar disponible una versión
llano, el 31% de la catalana, el 24% de la euskera y el 17% de en la lengua mayoritaria del Estado que coexiste en el mismo
la gallega. espacio con el texto original, la traducción y el original pue
El papel prominente del castellano como lengua franca den entrar en competencia por un mismo público lector. 4
—y su coexistencia con las otras lenguas en condiciones de En conclusión, ¿qué podemos deducir de este repaso a la
diglosia en partes del territorio— genera por lo tanto unas producción literaria en España? Yo destacaría al menos dos
asimetrías diferentes de las que operan en el mercado inter observaciones. La primera es que merecen mayor atención
nacional: en primer lugar, la traducción del castellano a las crítica los diversos grados de dependencia, interferencia o au-
otras lenguas es innecesaria para garantizar su dis po nibilidad tonomía sistémica entre las literaturas españolas: las literatu
a los lectores del Estado; en segundo lugar, que el grueso de la ras en gallego y en euskera parecen depender en gran medida
traducción de literatura ex tran jera lo sea al castellano (el 92% de la mediación del castellano para la importación no sólo
de la literatura anglo sajona traducida y el 85% de la francesa) de literatura extranjera sino también de las otras literaturas
supone que para la gran mayoría de los lectores en España esa peninsulares; en el caso de la literatura catalana esa media
es la lengua de acceso a la literatura extranjera; y, por último, ción parece ser mucho menos relevante (y en este sen tido
en los mercados bilingües del Estado, la traducción al manifiesta un comportamiento similar al de la literatura en
castellano entra en competencia directa con la obra en la len castellano), pero dada su coexistencia con la castellana cabe
gua original —en la medida en que, pongamos por caso, los suponer que existe un alto grado de interferencia asimétri
lectores vascos pueden elegir entre leer Soinujolearen semea, ca entre las dos literaturas; la literatura en castellano, por su
de Bernardo Atxaga, o su versión castellana, El hijo del acor- parte, funciona en gran medida autónomamente y se relacio
deonista; los gallegos entre O lapis do carpinteiro y El lápiz na mínimamente con el resto de las literaturas españolas. En
del carpintero, de Manuel Rivas; o los catalanes entre L’últim este último caso, sin embargo, no se puede olvidar la impor
patriarca y El último patriarca, de Najat El Hachmi—. tancia que tiene la literatura hispanoamericana como com
Como he señalado en otro lugar a propósito de la recep ponente de la literatura en castellano (importancia que los
ción de la novela de Atxaga, en comunidades multilingües datos disponibles no nos permiten de momento cuantificar).
donde las lenguas convertidas en minoritarias coexisten en
condiciones de diglosia —puesto que conviene recordar que
la condición de minoritario no se adquiere de manera natu 4 Sobre la recepción y traducciones de Soinujolearen semea en España,
véase Santana, “On Visible and Invisible Languages.”
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Revist a de alces XXI Número 0 , 2012