Page 242 - Revista0

Obsérvese que el porcentaje de producción autóctona
varía en las diversas lenguas: más de tres cuartas partes de la
literatura que se publica en gallego y en euskera corresponde
a obras escritas originalmente en esas lenguas, mientras que
en la castellana y la catalana el porcentaje de literatura “im­
portada” es superior al 30%. Volveremos sobre este detalle en
un momento.
Toda esta diversidad presenta al estudioso de la litera tura
en España un reto fundamental: ¿cómo dar cuenta no sólo
de una producción multilingüe en un contexto disciplinar
que se ha configurado en base a una conceptualización na­
cionalista de lo literario? Una conceptualización naciona­
lista que, por un lado, identifica nación, lengua y literatura y,
por otro, sólo concibe como propia la literatura autóctona,
a pesar de la importancia que la presencia de literaturas im­
portadas puede tener en la formación de los valores y mode­
los poéticos.
En esta necesaria reconsideración del concepto de litera­
tura nacional debe jugar un papel fundamental el fenóme­
no de la traducción, en mi opinión todavía poco estudiado
en un país como el nuestro que no sólo es, según el Index
Translationum de la UNESCO (“Top 50 Countries”), el se­
gundo del mundo (después de Alemania y por delante de
Francia) en número de traducciones, sino que cuenta con
producción literaria propia en varias lenguas y cuya interac­
ción está también mediatizada en gran parte por la traduc­
ción. Como ya advirtiera Itamar Even­Zohar hace ya vein­
te años, “uno podría caer en la tentación de pensar que la
posición periférica que la literatura traducida ocupa en el
estudio de la literatura no es más que el reflejo de la posi­
ción igual y permanentemente periférica que la traducción
242
Revist a de alces XXI
ocupa en el polisistema literario, pero esto no es así” (Even­
Zohar, 46).
Como hemos visto, una tercera parte (34,2%) de la lite­
ratura publicada en España es literatura extranjera, con un
22% traducida del inglés, lengua que aporta el mayor núme­
ro de traducciones a cada una de las cuatro lenguas oficia­
les del Estado. La segunda literatura extranjera tradu cida en
España es la francesa (alrededor de un 4.3% del total), se­
guida por la alemana y la italiana. En cuanto a las literatu­
3
ras españolas, en el periodo 2008­2009, y en términos abso­
lutos —y a considerable distancia del inglés—, el caste llano
es la lengua española más traducida dentro del Estado: un
total de 180 obras en 2008­2009, seguida de cerca por el
catalán con 135 traducciones. Del castellano provienen un
2,8% de las traducciones al catalán y al gallego, y un 6,8% de
las traducciones al euskera; en contraste, la literatura anglo­
sajona proporciona el 13,1% de las traducciones al catalán, el
6,3% al gallego, y el 9% al euskera. Por el contrario, el con­
junto de las otras lenguas estatales sólo proporciona un 0,6%
de las traducciones al castellano. Sin embargo, si miramos la
tradu cción en relación al volumen de publicación original en
cada una de las lenguas, el castellano pasa a ocupar el último
3 La situación en 2008­2009 no difiere significativamente de la observada
a principios de los años 90: “La mayoría de los libros traducidos (64%)
pertenece al área de literatura, lo que representa que el 34% de los libros
de literatura ha sido traducido de idiomas extranjeros. A ello hay que aña­
dir que alrededor de un 65% de total de traducciones procede del ámbito
lingüístico anglosajón. Por tanto, la presencia de la cultura anglosajona
en nuestra oferta editorial es muy superior a lo que le correspondería en
relación a la oferta mundial de títulos y a lo que pasaba en España hace
algunos años” (La cultura en España y su integración en Europa, 72­73).
243
Número 0 , 2012