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La segunda es destacar la pluralidad de literaturas presen­                                                      al menos esta primera y provisional aproximación nos haya

         tes en el polisistema literario español: no sólo en cuanto a                                                            permitido visualizar lo que un análisis cuantitativo de la pro­

         la presencia efectiva de literatura en lenguas extranjeras                                                              ducción literaria española puede aportar a ese proyecto.

         mediante la traducción, sino también en cuanto a la propia

         producción autóctona en diversas lenguas. Es por ello que

         seguir hablando de literatura española como si éste fuera ex­

         clusivamente la literatura producida en España por los escri­


         tores en castellano me parece problemático. En esta cuestión,

         quizás convenga por una vez —y que en mi caso espero no

         sirva de precedente— estar de acuerdo con Marcelino Me­

         néndez Pelayo, quien en su Programa de Literatura Españo­

         la, de 1878, lamentaba la confusión entre la Historia de la li-

         teratura española y la historia de la literatura castellana: “Este

         error —decía—, a mi ver, funesto, y que no sólo a la literatu­

         ra, sino a otras esferas trasciende, ha contribuido a embrollar

         y oscurecer hasta lo sumo, muy doctos juicios e investigacio­


         nes” (“Programa de literatura española” 3). Ese funesto error,

         desafortunadamente, sigue reproduciéndose en las más re­

         cientes historias de la denominada “literatura española” sin

         que al parecer provoque demasiados problemas a sus autores

         y editores.

                En el caso del actual Estado español, con una amplia di­

         versidad cultural y lingüística, y, sobre todo, con una lamen­


         table falta de voluntad política de gestionar esa diversidad,

         ¿no es acaso más necesario hablar de literaturas y mercados

         en el plural? ¿Es posible seguir pensando en la literatura es­

         pañola en función de una única dimensión lingüística y geo­

         gráfica? En este momento en que nos proponemos articular

         y poner en marcha una asociación para el estudio de la lite­

         ratura y la cultura española con temporáneas, estas cuestio­

         nes adquieren, creo yo, una innegable urgencia, y espero que







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