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población no era socialmente deseable. La estrategia ecofe-  de sostener dichas vidas? Esta pregunta nos sirvió para co-

 minista, en cambio, se basaba en empoderar a las mujeres e   nectar con la siguiente lectura del curso, el libro Subversión

 invertir en educación y salud pública. Este tipo de políticas   feminista de la economía. Aportes para un debate sobre el con-


 solía ser eficaz para reducir el número total de nacimientos   flicto capital-vida, de Amaia Pérez Orozco. En este libro Pé-

 sin necesidad de regular cuerpos.  rez-Orozco explicaba la dificultad de sostener la vida en un

 Ante la crisis ecológica que amenaza la habitabilidad del   sistema que la ataca violentamente al tiempo que feminiza,

 planeta, como ya se mencionó anteriormente, el movimien-  privatiza e invisibiliza el trabajo de cuidados necesario para

 to provida no parecía pronunciarse y no proponía una solu-  sostenerla.


 ción sistémica. En cambio, el ecofeminismo llevaba décadas   Valga decir que los grupos no siempre encontraban res-

 proponiendo una serie de propuestas integrales que se fue-  puestas para las preguntas que iban surgiendo. Algunas de

 ron explorando durante el curso: empoderar a las comuni-  ellas acababan en cierto consenso y otras no. El caso era pro-


 dades, cambiar el modelo de liderazgo y diversificarlo,  con-  fundizar en temas complejos. De hecho, hubo varias cues-
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 frontar el extractivismo y las prácticas de acumulación por   tiones que la clase decidió que eran irresolubles a nivel co-

 desposesión, adoptar un urbanismo feminista que pusiese la   lectivo. Por ejemplo, cuestiones de fe en las que para unas

 vida en el centro de su diseño, transicionar de la agroindus-  personas la vida humana era más sagrada que la vida no hu-

 tria corporativa tóxica a la agroecología comunitaria y re-  mana, o el dilema de si centrarnos demasiado en el proble-


 generativa, transformar los imaginarios sociales y la cultura   ma de la sobrepoblación no nos haría minimizar la impor-

 económica, y un largo etc. En otras palabras, el ecofeminis-  tancia de la desigualdad y el consumismo para entender la

 mo cuestionaba la ideología dominante que estaba destru-  crisis ecológica. Estoy convencido de que todas estas con-


 yendo la vida planetaria al globalizar una cultura económica   versaciones tan complejas y profundas no hubiesen podido

 que desconectaba la vida humana de las interdependencias   suceder de manera segura, respetuosa y colaborativa si no se

 sociales y ecológicas que la posibilitaban. En cambio, el mo-  hubiese primero trabajado en facilitar un entorno de apren-

 vimiento provida se solía mantener al margen de dicha pro-  dizaje ecofeminista apropiado.

 blemática. Otra vez surgía la pregunta clave: ¿De qué servía   Obviamente, ninguna clase está libre de fricciones y mo-


 facilitar-forzar que nazca nueva vida humana si no nos ase-  mentos incómodos, pero mi experiencia me indica que cuan-

 gurábamos de garantizar la existencia de un mundo capaz   to más tiempo dedico a intentar cohesionar la clase, esos

         momentos son menos frecuentes y más generativos. Otros

         temas complicados que solemos discutir en las clases de eco-

 3  Véase Stephens para una elaboración de la necesidad de un liderazgo   feminismo siguiendo estrategias similares (grupos que se en-
 diversificado y feminista para poder lidiar de manera eficaz y justa con

 los problemas relacionados con la energía y la disrupción climática.  cargan de encontrar y facilitar los contenidos críticos a partir





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 Revist a  de  al ce s XXI                                            Número  7 , 2025
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