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activar y cultivar la atención. Como sostiene Isabelle Sten-  descentrar nuestra mirada: el delta del Llobregat, a pesar de

 gers, prestar atención “no se refiere a lo que es a priori defi-  ubicarse a tan solo 15 kilómetros del centro de Barcelona,

 nido como digno de atención, sino que obliga a imaginar,   es un espacio semidesconocido para la mayoría de los habi-


 a consultar, a encarar consecuencias que ponen en juego   tantes de la ciudad. Trasladarnos a la periferia, a esta “zona

 conexiones en lo que tenemos la costumbre de considerar   de sacrificio”  para aprender de ella nos hace percibir los
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 como separado” (59). En los recorridos, esta atención surge   impactos de los metabolismos que sostienen la vida urbana

 de la presencia física en el territorio y de la activación de to-  en toda su magnitud. Además, la experiencia de atravesar el

 dos nuestros sentidos, así como del diálogo con varios agen-  territorio a pie es transformadora en sí misma, sobre todo


 tes que habitan el lugar. La propuesta responde de hecho a   en el contexto de la cultura dominante que nos ha acostum-

 la necesidad de enfatizar el papel de la experiencia en la for-  brado a la hipervelocidad de los desplazamientos y no nos

 mación de una sensibilidad ecosocial. Sensibilizar no es solo   permite apreciar la riqueza y complejidad de los paisajes. El

 hacer sensible/visible/perceptible el impacto de las políticas   acto de caminar se configura entonces como una estrate-


 capitalistas sobre las sociedades humanas y los ecosistemas,   gia creativa (Careri) y a la vez un método de investigación

 sino también propiciar un contacto directo y una aproxima-  que pone en valor el papel de nuestro cuerpo material en la

 ción personal y afectiva a estas complejas problemáticas. In-  construcción del conocimiento (Springgay y Truman) fren-

 teriorizar nociones o entender un fenómeno desde el punto   te a la prevalencia de los discursos teóricos y analíticos en el


 de vista racional no necesariamente implica cambiar nues-  contexto académico.

 tra actitud y nuestros comportamientos. En este sentido,   En junio de 2021 guié —en colaboración con el artista

 la experiencia directa puede ayudar a generar otras formas   e investigador Ferran Lega— un recorrido por el delta del

 de interacción, cuidado y responsabilidad hacia los sistemas   Llobregat que partía de la observación de diferentes luga-


 naturculturales de los que dependemos. Entendemos la res-  res modificados por la presión antrópica. El itinerario for-

 ponsabilidad no solo como una pulsión ética, sino también   maba parte de un ciclo de cuatro recorridos que se desarro-

 como response-ability, es decir la capacidad de articular res-  llaron alrededor de temáticas como la presencia de especies

 puestas (Haraway, Staying with the Trouble 78) frente a los   alóctonas en el delta, el papel de las infraestructuras en la


 retos ecosociales a las que nos enfrentamos.  transformación del territorio, las formas de resistencia ciu-

 Los recorridos suelen llevarse a cabo de forma grupal y   dadana, la agricultura y la ecoacústica, entre otras. El ciclo

 conectan diferentes puntos en la geografía del delta, cada

 uno de los cuales encarna uno o más procesos relacionados


 con la transformación antrópica de este ecosistema. Uno de   4  Una zona de sacrificio es un área geográfica que se ha visto permanen-
         temente perjudicada por el deterioro medioambiental, a menudo debi-
 los principales objetivos de estas iniciativas es contribuir a   do a cambios en los usos del suelo.






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 Revist a  de  al ce s XXI                                            Número  7 , 2025
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